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Sacerdote jesuita del Cereal critica la actuación de jerarcas católicos ante este problema

Deplorable silencio de la Iglesia sobre LFC

Sólo levantó la voz para cuestionar el uso del estandarte de la Guadalupana, menciona

 
Periódico La Jornada
Domingo 15 de noviembre de 2009, p. 6

El silencio que ha mantenido la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ante el inmoral decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro y la situación que viven el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) es deplorable, y más cuando sólo levanta la voz para criticar el uso del estandarte de la Guadalupana, expuso el jesuita Carlos Rodríguez, del Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal).

Agregó: es lamentable que teniendo la Iglesia un patrimonio tan rico en la doctrina social, sea olvidado por la jerarquía católica; es inconcebible que no digan una palabra ante el que sufre; este silencio lo único que hace es alejar aún más a los fieles, pues es en estos problemas sociales cuando debería orientar a la feligresía.

Los únicos que marcan la diferencia, dijo, son los obispos Samuel Ruiz y Raúl Vera –quienes se reunieron el viernes con integrantes del SME–, así como organismos de derechos humanos de los dominicos y la Compañía de Jesús.

Añadió que el apoyo al SME se debe a que para ellos es inseparable el servicio de la fe y la promoción de la justicia.

En entrevista, el sacerdote, coordinador del área de Procesos Educativos y Organizativos del Cereal, indicó que la relación de este centro con el sindicato data desde 1990. Hemos tenido contacto educativo con el SME, participamos cada año en su semana de seguridad e higiene y les hemos pedido apoyo para diversos conflictos laborales que acompañamos, pero también cada 12 de diciembre estábamos en sus centros de trabajo diciendo misa por la Virgen de Guadalupe.

A más de un mes de la extinción de LFC, Rodríguez precisó que los obispos deberían predicar sobre esa decisión, la cual sólo tomó en cuenta aspectos económicos y la operación eficiente, lo cual para la ética cristiana son criterios insuficientes ante una determinación que afecta a las personas.

Apuntó que los jerarcas católicos literalmente han archivado la riqueza y profundidad de las encíclicas papales que abordan aspectos sociales, y sobre las cuales la Iglesia ha hablado por más de 100 años.

Añadió que deberían pronunciarse en torno a la valoración moral de esa decisión y de sus consecuencias. Para la Iglesia, la economía está supeditada a la moral y en particular las cuestiones del trabajo, las que están supeditadas a la centralidad de la persona humana, por lo que tendrían que manifestarse.

Indicó que existe la posibilidad de que miembros del SME se entrevisten en breve con el nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, o con gente del Vaticano, pues éste es sensible a asuntos laborales; un ejemplo fue cuando el papa Juan Pablo II sostuvo un encuentro con el sindicato Solidaridad”