Cultura
Ver día anteriorJueves 5 de noviembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

La cantante presenta en el Teatro de la Ciudad su nuevo disco, De jolgorios y velorios

La música ayuda lo mismo a bien vivir que a bien morir, asegura Susana Harp

Reúne 11 canciones y por primera vez se hace acompañar de una sinfónica, la del IPN

Foto
Gabriela Díaz-Alatriste, directora de la Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional, y la cantante Susana Harp, anteayer, durante el ensayo general en el Centro Cultural Jaime Torres BodetFoto María Meléndrez Parada
 
Periódico La Jornada
Jueves 5 de noviembre de 2009, p. 4

La cantante Susana Harp tiene la convicción de que al final de cuentas, la música ayuda lo mismo a bien vivir que a bien morir.

Esa idea explica la línea temática de su más reciente producción discográfica, De jolgorios y velorios, la cual reúne 11 canciones alrededor del tema de la muerte, en esa forma tan peculiar en que se le trata en México, en la que el respeto y la tristeza se combinan con el humor y el desparpajo.

Reír es muy importante, pero también llorar, y la música es un buen pretexto para ello, comenta la intérprete en entrevista. (Las del disco) son piezas que se cantan en todas las fiestas, pero también son fundamentales en los velorios.

Entre los aspectos significativos de este álbum, es la primera ocasión que Susana Harp trabaja con una orquesta sinfónica, en este caso la del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Asimismo, el repertorio conjuga temas tradicionales mexicanos con canciones contemporáneas de autores nacionales, entre ellos Alejandra Flores, David Haro y Eduardo Langagne.

Muestra de artes escénicas

La presentación de este material –que tendrá lugar hoy a las 20 horas en el Teatro de la Ciudad– sobresale porque con ella será inaugurada la cuarta Muestra de Artes Escénicas de la Ciudad de México, organizada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Secretaría de Cultura del DF.

Como sucedió durante la grabación del disco, la artista será acompañada en ese concierto por la sinfónica politécnica, bajo la dirección de su titular, Gabriela Díaz-Alatriste. Ese mismo programa será repetido el sábado en el Centro Cultural Jaime Torres Bodet del IPN, en Zacatenco.

Casi una catarsis

Cantar a la muerte representaba un paso natural para Susana Harp, luego de que ya lo había hecho con la vida en su disco Arriba del cielo.

“Es como una terapia, casi una catarsis. He entendido que en la vida hay estos dos momentos: el jolgorio y el duelo. He vivido ambos extremos: el duelo, con la muerte de mi padre, y el jolgorio con el nacimiento de mi hijo.

“Sé que enfrentar a la muerte no es tan sencillo como comerse una calaverita de azúcar. Hay que procesar, aprender a entender, pero cuando llega el momento del acomodo uno puede volver a hablarle de tú a la muerte y hacerlo de nuevo con una sonrisa y una condición que otorga paz más que tristeza.

“Eso es lo que manejamos en este disco: la parte real, dolorosa y triste, pero también la divertida y traviesa; además de que hay canciones que cada quien puede tomar según su estado de ánimo, como Dios nunca muere, La martiniana o La llorona.

Aunque ya ha sido acompañado por agrupaciones de amplio formato, como bandas sinfónicas, Susana Harp compara esta primera ocasión que trabaja con una sinfónica como estar en el mar: Una orquesta es como una ola, por las cuerdas, y entonces hay que aprender a nadar en ellas, si no, uno se ahoga.

Entre las piezas que integran el disco figuran La Catrina, Arrullo al revés, Morir en paz, Guendenabani, Décimas de la calaca y Muerte, platícame. Los arreglos son de Eugenio Toussaint, Omar Guzmán y Rosino Serrano.