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Economist Intelligence Unit

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Dispositivo contra transacciones irracionales
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Periódico La Jornada
Martes 27 de octubre de 2009, p. 27

Poco antes de que el dedo navegador dé clic al mouse para cerrar un trato, hay algo que los inversionistas en línea del futuro podrían querer revisar: su racionalizador. El artilugio, del cual se dio a conocer un prototipo esta semana, es un sistema detector de emociones diseñado para ayudar a los inversionistas a mantener la cabeza fría al comprar y vender.

La idea se le ocurrió a la firma electrónica holandesa Philips y al Incubador de Diálogos, iniciativa patrocinada por el banco holandés ABN AMRO, que tiene experiencia íntima en decisiones precipitadas. Philips lleva años explorando sistemas detectores de emoción, en parte para ver cómo los dispositivos electrónicos pueden ayudar a las personas a lidiar con el estrés. El interés de ABN surgió de investigaciones que mostraron que quienes compran y venden acciones el mismo día y exhiben reacciones más intensas a la ganancia o pérdida monetaria tienen también resultados significativamente peores en sus transacciones.

El racionalizador, aún en desarrollo, consiste en un brazalete que mide algo llamado respuesta galvánica de la piel. Se trata de un cambio en la resistencia eléctrica de la piel que puede ser causado por diversos estímulos, como la ira o la euforia. No puede determinar si el salto emocional es positivo o negativo, sino sólo si está ocurriendo.

El brazalete transmite sus mediciones al tazón de emociones, especie de salsera en la que el movimiento de una luz ilustra el estado de ánimo del usuario. Si la persona se excita, la luz se vuelve más intensa, de amarillo suave a naranja. Si llega a roja, creen los fabricantes, será mejor que el negociante tome un descanso para enfriarse. Lástima que el artefacto no haya estado al alcance de los ejecutivos bancarios que hicieron tantas inversiones locas.

Fuente: EIU

Traducción de texto: Jorge Anaya