Opinión
Ver día anteriorMartes 13 de octubre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Golpe al SME, golpe al DF

Predicciones eléctricas

¿Q

ue el sindicato es un horror? Sí, es verdad. ¿Que su contrato colectivo cuesta al gobierno carretadas de dinero? Sin discusión. ¿Que la plantilla de sus trabajadores es, en buena parte, corrupta? Todos lo saben ¿Que el producto del trabajo de sus agremiados es escandalosamente insuficiente? Ni hablar. ¿Que ha llegado a tener tanta fuerza que pone y quita funcionarios y reta al poder? Esa es una realidad incuestionable.

Sí, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación es todo eso y más, pero es el cómplice de Felipe Calderón, y es intocable. Para el panismo, Elba Esther Gordillo es la heroína que logró, a partir de las maniobras de los afiliados al SNTE, llevar al poder a Felipe Calderón, y el precio de tal acción no importa, se paga sin chistar, aunque sea la gente la que tenga que subsanar la deuda.

En este caso no hay crisis ni hoyo financiero, los dineros fluyen sin mayor crítica, y las demandas del organismo de los maestros consigue lo que quiere, o casi. En este año se le otorgaron para diferentes programas, y para el mantenimiento de planteles, algo así como 7 mil millones de pesos. Eso fue lo que se anunció oficialmente, pero, además, el programa llamado carrera magisterial, que no es más que un sistema de premios para los fieles, costó este año poco más de 35 mil millones de pesos.

De nueva cuenta, Felipe Calderón hace uso del terror político, entendido éste como instrumento de uso sistemático al que recurre un gobierno para mantenerse en el poder, y lo usa en contra de la parte del país que más abiertamente condena sus hechos y su investidura: el DF. Está claro el afán de destruir al sindicato de electricistas, o cualquier otra instancia opositora al régimen, y entre esas debe contarse a la capital del país, y su gobierno. Según advierten los azules.

Y queda aún más claro que, además, en su necesidad de venganza contra el DF, el PAN ha construido una estrategia que no parte de hechos aislados, sino de una práctica política de golpeteo que tiene como cajas de resonancia a los medios de comunicación afines, para crear ámbitos de temor entre los ciudadanos, y desde donde se tergiversan las realidades, y los opositores se vuelven villanos, y quienes se ven obligados al uso de la fuerza –mediática y policial– son ellos, los azules en el poder, los salvadores que tienen que enderezar las cosas.

Por eso, cuando no se trata de las posibles inundaciones, se lanza el escándalo de la influenza, o se avisa a la gente que cada que beba agua estará ingiriendo una buena dosis de caca. Ahora nos dicen que salvaron a la ciudad de las tinieblas en las que caería si las cosas siguieran igual en Luz y Fuerza del Centro, y que sólo con la desaparición de esa organización se puede garantizar el flujo, constante y eficiente de la energía eléctrica.

Lo que no se dice es que la ciudad tendrá, a partir de ya, otros, 20 o 30 mil desempleados, con todas las consecuencias que ello acarrea, y que tendrán que crearse programas de emergencia para poder asistirlos, problema que seguirá presionado financieramente al gobierno de Marcelo Ebrard.

Y tampoco se quiere decir que las provocaciones un día encuentran eco, y que si en la ciudad de México se desata la violencia, el problema para todo el país será incontenible. Tal vez eso no lo han medido, o tal vez es lo que buscan.

No se trata aquí de decir que el sindicato de electricistas es el gremio más honesto y trabajador del país, que no lo es, sino de mirar en la entraña del gobierno la intención política del poder de la derecha, que tuerce realidades, crea mitos y resuelve falacias en su patética necesidad de ser lo que no puede ser.

De Pasadita

Así como ahora se nos dice que era imposible mantener al sindicato de electricistas, y por eso había que destruirlo, no tardarán en aparecer los apagones en la ciudad de México, y entonces se nos dirá que para el gobierno es imposible brindar el servicio de luz sin la modernización de los equipos, y que el costo de eso es tan grande que el gobierno no lo puede hacer sin sacrificar a la educación superior o a los servicios de salud, y que frente a ello es mucho mejor la intervención de la iniciativa privada para garantizar el suministro de energía a todos los habitantes del DF y su zona conurbada. Así se escribirá la historia, y es que son tan predecibles que no hay margen de error en las predicciones. Ya lo verán.