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¡Nos vamos al Mundial!, consigna en el Azteca, por primera vez sin malla metálica

Más ambiente en la tribuna que sobre la cancha
 
Periódico La Jornada
Domingo 11 de octubre de 2009, p. a14

El público cumplió con creces su papel e impulsó con aliento permanente al equipo Tricolor que ayer conquistó su pase a la Copa del Mundo Sudáfrica 2010. ¡Gracias afición! Con tu apoyo lo hemos logrado, rezaba la manta que al final exhibió el equipo mexicano, mientras que la gente buscó las rutas de salida con la feliz consigna: ¡Nos vamos al Mundial, nos vamos al Mundial!.

El estadio se pintó de verde, la afición respondió puntual al llamado y colmó el histórico inmueble en la cita festiva. Horas antes del partido, el optimismo se desbordó por las avenidas adyacentes al inmueble, donde ríos humanos se desplazaron sonriéndose con complicidad, paladeando un desenlace feliz.

En las tribunas la porra rival fue diminuta, así como una decena de aficionados con la playera azul que ocuparon una mesa del restaurante con vista a la cancha. Las pocas playeras salvadoreñas en el graderío fueron un lunar que no pasó de 200 fieles de la Selecta, custodiados por un excesivo número de vigilantes.

Los visitantes fueron hostilizados desde el abucheo a su himno hasta por un enjambre de abejas que provocaron la inesperada interrupción del partido.

Los intentos por hacer girar la ola verde empezaron casi una hora antes, aunque el alboroto estalló cuando Cuauhtémoc Blanco saltó a la grama para tomarse fotos con algunos niños. También se asomaron Juan Francisco Palencia y Héctor Moreno, entre otros.

Tal y como se anunció, por primera vez la cancha del Coloso de Santa Úrsula no tuvo la malla metálica, salvo en la cabecera sur, que mantuvo su alto enrejado, justo donde habitualmente se ubica la barra americanista Monumental, conocida por sus excesos. Sin embargo, en toda la periferia se colocó una valla humana de unos 200 uniformados con la mirada hacia el público y de espaldas a la cancha.

El primer abucheo en la tribuna fue para un centenar de centroamericanos: la gente más cercana a ellos les lanzó con un brazo en alto el conocido ¡Fuera-fuera!. La segunda rechifla estrepitosa fue para el plantel visitante a la hora que salió a calentar.

Pero, sin duda, la ofensa más apabullante y vergonzoso llegó a la hora de escuchar el himno salvadoreño. Ni una nota traspasó el ruido que la multitud produjo con las cornetas y aplaudidores que distribuyó una marca cervecera, sólo se pudo ver a los jugadores visitantes con la mano en el pecho.

En automático la escandalera cesó en cuanto arrancó el himno mexicano que el monstruo de cien mil cabezas entonó a pecho abierto.

Apenas se había jugado un minuto, cuando Miguel Montes, el guardameta salvadoreño reclamó la atención del silbante guatemalteco Carlos Batres para advertir sobre la insólita presencia de abejas. Se suspendió el juego varios minutos hasta que con extinguidores se dispersó el enjambre.

Comenzó la fiesta sin mucho sabor en la cancha, La Selecta se mostró desafiante y el Tricolor no mostraba variantes, pero el aliento en la tribuna jamás cesó y al final obtuvo el ansiado resultado: la victoria por goleada que prolongó un festejo desde tiempo anhelado.