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La institución reconoce el aporte de los fundadores de Arvil al desarrollo de la cultura

Conceden la Medalla Bellas Artes a los galeristas Armando Colina y Víctor Acuña
 
Periódico La Jornada
Domingo 11 de octubre de 2009, p. 5

Por sus aportes al desarrollo del arte y la cultura mexicanos en los pasados 40 años, Víctor Acuña y Armando Colina, fundadores y directores de la galería Arvil, fueron condecorados con la Medalla Bellas Artes.

La presea fue entregada la noche del miércoles por la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Consuelo Sáizar, en ceremonia efectuada en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bella Artes, donde Gerardo Estrada, Jaime Humberto Hermosillo y Alberto Ruy Sánchez dieron testimonio de la fecunda labor de los galardonados.

Gerardo Estrada, ex director del Instituto Nacional de Bellas Artes, se refirió a ellos como cómplices de las instituciones culturales mexicanas.

Por iniciativa propia y, sin esperar nada a cambio, se han convertido en embajadores itinerantes del arte mexicano.

Igual que a todos los grandes galeristas –dijo el escritor y ex funcionario cultural– los caracteriza la pasión por su quehacer, la profunda devoción por los artistas con quienes trabajan.

Resaltó el amor y el gusto que tienen por un oficio que en ellos se vuelve casi religión.

Por todo ello, la plástica mexicana de la segunda mitad del siglo XX debe mucho a la labor de la galería Arvil; han contribuido como pocos a la educación estética de nuestra sociedad.

Más allá de la plástica

Jaime Humberto Hermosillo recordó los primeros años de la galería Arvil y subrayó la capacidad de trabajo de Víctor Acuña y Armando Colina, quienes en estos 40 años han participado, organizado o coordinado más de 900 actividades relacionadas con la cultura.

“Son –añadió el cineasta– un ejemplo a seguir; quisiera ser como ellos: carismático, apuesto, inteligente, sociable, centrado, organizado, triunfador, con los pies en la tierra, afectuoso, sereno. Por cada atributo mencionado podría contar una anécdota.”

El director de María de mi corazón y La tarea hizo ver que la sensibilidad e interés de los galardonados va más allá de las artes plásticas. En 2002, después de ver su película digital Exorcismos, auspiciaron su lanzamiento en dvd: Como muy pocos, entendieron a la perfección el cine digital, la posibilidad de explorar nuevas temáticas y formas más económicas de producción, exhibición y distribución.

Una vez más, dijo Hermosillo, Acuña y Colina se han puesto a la vanguardia; para estimular la creatividad y el uso de la tecnología crearon el Premio al Cine Digital Pochote, cuya primera medalla fue diseñada por el maestro Francisco Toledo.

Alberto Ruy Sánchez coincidió al destacar la calidad humana de los galardonados, su generosidad, así como la importancia de sus aportaciones a la cultura.

El escritor llamó a pensar en lo que era el panorama cultural de la ciudad hace 40 años y lo que en ese contexto significó la apertura de la librería que antecedió a la galería Arvil.

Recordó con emoción cuando, a los 17 años, descubrió, guiado por un amigo, un espacio excepcional, lleno de libros de arte, donde halló pintores que no conocía y donde se encontraban libros que no había en otra parte.

Gracias a la librería –reconoció el director de Artes de México–, y después a la galería Arvil, me convertí en un escritor con un pie en el arte y otro en la literatura, o más bien un ojo en el arte y otro en la literatura.

Para concluir, Ruy Sánchez dijo a Víctor Acuña y a Armando Colina: Muchos nos hemos beneficiado de la transformación del ambiente cultural que, en gran parte, ustedes han motivado.

Por su parte, Carlos Monsiváis envió un texto que leyó Gerardo Estrada, en el que señala: lo específico de Armando y Víctor es la seriedad de su esfuerzo a corto, mediano y largo plazos.

Igual que Inés Amor, se han vinculado a muchos de los mejores artistas y creadores, y de modo complementario han concedido su desempeño en varios niveles, además de que mantienen una visión panorámica de la vida artística que, por lo demás, observan minuciosamente.

En su texto, Monsiváis también refrendó su amistad con los premiados, en cuyo nombre Armando Colina agradeció el reconocimiento.