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Vence a las dos primeras economías del planeta, Estados Unidos y Japón, y a la sólida España

Brasil se impuso a los grandes en la carrera por los JO de 2016

No sigan dándole la espalda a Sudamérica, reclamó el mandatario Luiz Inacio Lula da Silva para convencer a los miembros del COI

Pese a los Obama, Chicago fue eliminada en la primera ronda

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Apenas conocido el anuncio de que la ciudad ganadora fue Río de Janeiro, los brasileños salieron a las calles a festejar. La imagen, en CopacabanaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 3 de octubre de 2009, p. a15

Copenhague, 2 de octubre. Río de Janeiro conquistó la sede de los Juegos Olímpicos 2016 y llevó a Sudamérica por primera vez la justa en la historia de la máxima cita cuatrienal del deporte mundial.

Ni Barack Obama pudo frenar el impulso de un Brasil que hizo valer su creciente paso e influencia en el planeta para lograr algo impensable hasta hace poco: Los juegos de la trigesimoprimera Olimpiada son para la ciudad de... ¡Río de Janeiro!, exclamó el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, para desatar la euforia del país del futbol, que ahora es también el país de los juegos. En Madrid, derrotada en la final se extendió la tristeza.

La ciudad brasileña ganó el duelo a la primera y segunda economía del planeta –Estados Unidos y Japón– y a un país con gran presencia en el deporte mundial, España, que tiene el recuerdo de Barcelona 92, y ahora el tercer fracaso de Madrid por ganar la sede olímpica, tras los intentos por las ediciones de 1972 y 2012.

Los gritos en la sala que albergó a la asamblea del COI dieron paso enseguida a un desenfrenado festejo con el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, en el centro de una montaña humana que mezclaba al ex futbolista Pelé, al escritor Paulo Coelho y a dirigentes y deportistas del país sudamericano.

Pesaron las lágrimas de Pelé

Las lágrimas de Pelé confirmaban que el pedido de Lula para que los miembros del COI no ignoraran a Sudamérica, que jamás ha albergado los juegos, se habían tomado en cuenta y pesaron más que el efecto Obama.

Y es que la victoria de Río llegó con las cifras de 66 votos en favor contra 32 de Madrid, marca que es, junto con la de Pekín 2008, la mayor obtenida en una elección comparable.

En la anterior, Londres venció a París por diferencia de 54-50, mientras Pekín arrasó 56-22 sobre Toronto, el mismo margen de 34 votos que hoy impuso Brasil.

José Luis Rodríguez Zapatero, jefe del gobierno español, y Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid, se abrazaron sentidamente tras escuchar la sentencia de Rogge. El edil madrileño estrechó luego triste y emocionado a su colega de Río, Eduardo Paes.

Madrid estaba por delante en la primera votación, en la que obtuvo 29 apoyos, por 26 de Río, 22 de Tokio y 18 de Chicago, esta última sorprendentemente eliminada en la ronda inicial, pese a ser favorita por la presencia en Copenhague del presidente Barack Obama, quien defendió la candidatura de su ciudad de adopción, y ya eliminado se enteró de la derrota en el Air Force One, en vuelo a Washington.

Sin embargo, la fugaz visita de cinco horas del mandatario estadunidense no bastó para convencer a la familia olímpica, que desde la segunda ronda estuvo a punto de dar la victoria a Río, pues de su lado se definieron 46 de los 95 votantes, 29 por Madrid y 20 por Tokio, con lo que ésta también quedó fuera.

El éxito de Río de Janeiro al obtener los segundos juegos latinoamericanos en la historia –México los organizó en el 68–, convierte a Brasil en la referencia del deporte mundial para la próxima década, ya que la justa veraniega se realizará dos años después del Mundial de futbol 2014.

En la carrera por la sede olímpica, Río de Janeiro inició como la indefensa hace dos años y medio, pero la cerró con gran seguridad e implacable presentación. Gracias a una inteligente política de comunicación, la ciudad brasileña logró potenciar sus virtudes y disimular sus defectos.

En una fría mañana en la capital escandinava, Chicago aburrió en la primera media hora y sólo levantó el vuelo gracias al dueto integrado por Michelle y Barack Obama, en tanto que Tokio sorprendió con arrebatos de pasión, compromiso con un planeta mejor y una apuesta por la tecnología con toque humano.

Madrid, bien organizada, vendió su candidatura con videos de gran factura técnica y una apelación a la universalidad del deporte.

Río exhibió un impecable reparto de papeles entre sus ponentes, equilibrio entre lo emotivo y lo técnico, y un claro mensaje al COI: no sigan dándole la espalda a Sudamérica, pidió Lula de Silva.

Tercera en el turno de ponencias, Río de Janeiro fue la candidatura que articuló de forma más clara su apuesta: No son los juegos para nosotros, sino para Sudamérica, con 400 millones de personas y 170 millones de jóvenes, dijo el mandatario brasileño, en un discurso cada vez más vibrante a medida que avanzaba.

Se abre una nueva frontera para el COI, añadió, e instó a expandir los juegos a nuevos continentes, a un país tropical, a la más linda de las ciudades.

En rueda de prensa tras la firma del contrato con el COI, Lula da Silva trataba de controlar el llanto por la emoción, y ante los dirigentes del olimpismo prometió que su gobierno empezará a trabajar mañana mismo para realizar los mejores juegos del planeta.

El presidente brasileño ofreció disculpas a sus pares de España, Estados Unidos y Japón porque estoy feliz mientras ellos están tristes, pero nosotros ya estuvimos tristes muchas veces y ustedes ya estuvieron felices muchas veces, puntualizó.