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Programa alusivo a las fiestas patrias a cargo de la OFUNAM

La música sinfónica mexicana devino ritual de masas en la Nezahualcóyotl

Orquestas locales siguen los pasos de la agrupación universitaria

 
Periódico La Jornada
Martes 15 de septiembre de 2009, p. 7

El estreno mundial de Cinco danzas cubanas, partitura de Mario Ruiz Armengol orquestada por el compositor Arturo Márquez, de quien también sonó su ya epopéyico Danzón Número Dos, llenó dos veces en un lapso de 14 horas la Sala Nezahualcóyotl de un público ferviente que completó de esa manera un ritual gozoso: la música sinfónica local como un gran acto de masas.

La popularidad inmensa de Ruiz Armengol, fallecido hace siete años, a los 91 de edad, se debe fundamentalmente a sus canciones en boca de Pedro Vargas, Emilio Tuero, Fernando Fernández y María Luisa Landín.

Un camino paralelo recorrió Ruiz Armengol en la música de concierto. Precisamente el último episodio glorioso en ese territorio lo disfrutó en vida el autor en la Sala Nezahualcóyotl, hace 25 años, cuando la Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM) interpretó La calle de los sueños de este compositor, quien fue invitado por Eduardo Díazmuñoz a subir al podio, tomar la batuta y dirigir su propia obra, como recuerda Juan Arturo Brennan en las notas al programa de este sábado y domingo anteriores, cuando el público recibió con aclamaciones la versión orquestal de Arturo Márquez a las composiciones que Ruiz Armengol escribió originalmente para piano.

Este estreno ocurrió como parte del Programa Mexicano que presentó la orquesta universitaria con ocasión de las fiestas patrias, tradición que data de hace muchos años y que ahora, debido al éxito probado de la orquesta de la UNAM y dado el furor por el inminente bicentenario, toman como suyo otras orquestas locales y presentan propuestas similares en estas fechas.

Hoy, en el Auditorio Nacional

El programa se inició con la divertida Obertura Republicana, de Carlos Chávez; continuó con El festín de los enanos, de José Rolón, y selló su primera parte con el Concierto del sur, para guitarra, de Manuel M. Ponce, con el joven Pablo Garibay como solista, tan exitoso que obsequió un par de encores.

La segunda parte no tuvo desperdicio: Janitzio, del más grande compositor mexicano de la historia, Silvestre Revueltas; enseguida el estreno susodicho y al final dos platos fuertes dos: el delicioso Danzón Número Dos de Arturo Márquez, la estrella de la noche, y el gran clásico mexicano: Huapango, de José Pablo Moncayo. El público deliraba de alborozo.

Tres improntas universitarias: merced a que Eduardo Mata formó a varias generaciones de músicos y melómanos durante su estancia como director titular de la OFUNAM, dejó entre sus marcas la música de Revueltas como signo de pertenencia de esta orquesta. No importa quién esté a la batuta (en esta ocasión fue Juan Carlos Lomónaco), no importa de qué obra se trate, siempre la música de Revueltas suena en su justa dimensión (poderosa, juguetona, recia, contundente, inmejorable) cuando la interpreta la OFUNAM.

El Danzón Número Dos también pertenece a la orquesta universitaria por motivos semejantes, pues ella encargó a Arturo Márquez su composición, hace 16 años, y la ha mantenido como la reina del hit parade de la música sinfónica mexicana, seguida muy de cerca y muchas veces al parejo por el Huapango de Moncayo, al que infunden salero, intensidad, disfrute entero, incluyendo un pasaje climático en el que intervienen los atrilistas alternando sus instrumentos con prosopopeyas, gritos, silbidos celebratorios que completan un paisaje sonoro que el público disfrutó a mares la noche del sábado y el mediodía del domingo en la Sala Nezahualcóyotl.

Estas tres improntas (la obra de estreno de Mario Ruiz Armengol, el Danzón Número Dos de Márquez y el Huapango de Moncayo) volverán a sonar la noche de este martes 15, a las 19 horas, en el Auditorio Nacional, con un atractivo más: la participación del tenor Fernando de la Mora, quien cantará, acompañado de la OFUNAM, canciones de Agustín Lara, María Grever, Guty Cárdenas y Mario Ruiz Armengol.

La música sinfónica mexicana devenida ritual de masas.