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Demanda al gobierno dirija sus tijeras a líderes sindicales y al IFE

Reprocha la Iglesia recortes a los sectores educativo y social

En su órgano Desde la fe pide racionalizar el gasto y combatir la corrupción

 
Periódico La Jornada
Lunes 24 de agosto de 2009, p. 6

La Arquidiócesis de México reprochó al gobierno federal que en plena crisis económica recorte presupuestos a los sectores educativo y social del país, y lo instó a dirigir sus tijeras hacia los incontrolables recursos que reciben líderes sindicales y programas e instituciones menos prioritarias del sector público, como en el momento presente el Instituto Federal Electoral (IFE), que ha tenido, consideró, mediocre actuación.

La Iglesia católica local manifestó en su órgano de difusión que en las circunstancias actuales nada más grave para el país que comenzar a cerrar las posibilidades de desarrollo para la educación de niños y jóvenes, afectando los presupuestos para el funcionamiento de escuelas y apoyos para que nadie deje de estudiar por razones de pobreza familiar.

“Sería un error comenzar a hacer recortes en los programas sociales más urgentes destinados a los adultos mayores y a quienes viven en extrema pobreza.

Los recortes deben dirigirse hacia los incontrolados recursos que reciben las dirigencias sindicales, que se han convertido en barriles sin fondo y en focos de corrupción y de enriquecimiento inexplicable de prácticamente todos los líderes (gremiales) mexicanos, apuntó en el editorial de su semanario Desde la fe.

Es tiempo de necesarios ajustes en el presupuesto, por eso es un momento para racionalizar el gasto y para combatir decididamente la corrupción política y sindical, que por muchos años ha afectado al país. Si no es ahora, ¿hasta cuándo?, preguntó.

Agregó que aunque no es lo mejor, los recortes al presupuesto 2010, de la cuenta corriente de los gobiernos federal, estatales y municipales son un camino viable para atacar la crisis, lo mismo que ajustes en programas no prioritarios.

Sugirió que entre las instituciones menos prioritarias, en el momento presente está el IFE, que ha solicitado aumento de 17 por ciento a sus recursos, que en gran medida captan los partidos políticos y sus actividades proselitistas.

Señaló que la estructura ciudadana tiene que revisar el funcionamiento de sus pares estatales, que se han convertido en un reducto de los propios partidos, manejados por los intereses de los gobernadores, por lo que han perdido mucha credibilidad.

El IFE, “cuyo desempeño deja mucho que desear después del altísimo abstencionismo en las pasadas elecciones –lo cual habla de su mediocre actuación–, debe asumir mayor responsabilidad en el funcionamiento de la democracia: manteniendo su perfil ciudadano, reducir sus salarios e identificarse menos con la clase política y sus franquicias, los partidos”.