Mundo
Ver día anteriorJueves 13 de agosto de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Directiva del futbol decide rescindir contrato con la tv privada y mudarse al canal oficial

Repone la presidenta argentina los subsidios a gas y electricidad por las alzas desmesuradas
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 13 de agosto de 2009, p. 23

Buenos Aires, 12 de agosto. La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ordenó reponer los subsidios para gas y luz ante la cantidad de reclamos de los usuarios afectados por los aumentos dispuestos por las empresas de electricidad y gas privatizadas (en los años 90), que en algunos casos superan 300 por ciento.

El ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, dijo que al conocer los valores fijados en las nuevas facturas que llegaron este mes, preocupada por la situación de los consumidores y los reclamos, la presidenta en defensa del interés de la gente tomó la decisión de reponer los subsidios que representan un costo fiscal de más de 400 millones de pesos.

Sostuvo que las concesionarias hicieron una mala evaluación del mercado eléctrico, lo que llevó a esta situación.

Los subsidios serán restablecidos de manera completa en estos meses del invierno boreal, y cuando decline la estación y baje la demanda de electricidad serán de sólo 70 por ciento.

Algunos analistas en el tema energético consideran que los aumentos de 30 por ciento no pudieron haber disparado facturas como algunas que sin cambios en el consumo se dispararon ahora. Otros consideran incluso que pudo haber habido una especie de intención de presionar al gobierno para que se les repongan los subsidios.

Por otra parte, diversas organizaciones de consumidores y movimientos sociales demandan que se investiguen las ganancias de lasempresas privatizadas, se las multe por incumplimientos o que sean recuperadas por el Estado.

¿Qué eficacia demostraron estas empresas que no invierten nada y que además de sus ganancias reciben un subsidio del Estado?, se preguntan en una carta que circula pidiendo la estatización de todas las empresas que fueron privatizadas en los 90.

En tanto, la Asociación del Futbol Argentino (AFA) decidió rescindir su contrato por incumplimiento con TyC (Torneos y Competencias), TSC (Televisión Satelital Codificada) y Trisa (Tele Red Imagen), éstas dos últimas bajo control del poderoso Grupo Clarín (diario, televisión, radios, revista y otros).

La exclusividad para la transmisión de los partidos y el poder acumulados en estos años era una verdadera afrenta para la mayoría de la población, que no tiene acceso para ver los más importantes encuentros, dijo hoy aquí un comentarista, y recordó que esa sociedad mantenía bajo candado el negocio del fútbol televisado desde el primero de agosto de 1991.

En el otro extremo de esas sociedades estaban los clubes representados por la AFA, que estuvieron de acuerdo con la decisión y anunciaron que estaban en en libertad de negociar otros acuerdos.

Los dirigentes de la AFA fueron recibidos hoy por funcionarios del gobierno y podrían mantener una reunión con la presidenta Fernández de Kirchner con la posibilidad de que se pacte con el Ejecutivo y el oficial canal 7 pueda hacer la transmisión de los partidos.

Sería un gran salto de democratización para los que no tienen posibilidades de seguir los partidos más importantes por las restricciones que tenían hasta ahora. Se habla de unos 600 millones de pesos, que podría poner el gobierno.

Las transmisiones de los partidos de futbol se habían convertido en un fabuloso negocio, pero afuera quedaban millones de argentinos sin acceso a ver el deporte más popular del país.

Desde los círculos del Grupo Clarín se habla de la posibilidad de entablar una demanda contra la AFA por unos mil 500 millones de pesos, unos 389 millones de dólares al cambio actual.

Esto se produce en medio de fuerte movilización, con el debate de la Ley de Radiofusión, que se ha exigido desde varios ámbitos ya que hasta imperan las leyes impuestas por la dictadura, mientras se reclama a nivel social la democratización urgente del espacio radioeléctrico, que está en manos de escasos grupos monopólicos.