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Las autoridades se han convertido en cómplices de ese submundo laboral, considera

Denuncia ASPA el mugrero que fomenta el gobierno con los sindicatos blancos

Lamenta que sean cada vez menos las organizaciones gremiales democráticas

 
Periódico La Jornada
Martes 11 de agosto de 2009, p. 15

En lo que va del actual gobierno las autoridades laborales no han tomado una sola acción para combatir a los sindicatos de protección; por el contrario, ni siquiera los molestan y a pesar de ser una mafia, los líderes de esas organizaciones tienen su toma de nota por parte de la Secretaría del Trabajo y operan libremente.

El encargado del Centro de Estudios y Estadística de la Asociación Sindical de Pilotos de Aviación (ASPA), Mauricio Aguilera, planteó que en México existe un amplio submundo laboral en el que hay un atroz mugrero de los organizaciones obscuras que negocian con la necesidad de trabajadores y venden protección a las empresas.

Agregó que hay una perversión total de la labor sindical, en la que estas organizaciones actúan en medio de un lodazal que ninguna autoridad ve, aunque está en todas las áreas de la economía, desde el sector de los comercios, restaurantes, hoteles y moteles, la construcción, el sector de la música y el entretenimiento, las manufacturas, la industria de transformación y en incontables actividades, en las que las empresas llegan a arreglos con un cierto líder y le pagan para evitar huelgas y revisiones salariales.

Puso como ejemplo los sindicatos de la construcción, en los que seudolíderes sindicales han convertido en un negocio la venta de placas de la Confederación de Trabajadores de México, la cual les deja pingües ganancias, ya que obliga a empresas y todos aquellos que inicien obras, aunque sea de remodelación de sus casas, a comprar una placa que supuestamente avala que los trabajadores están amparados por una central obrera, cuando en realidad sólo es una extorsión para sacar dinero, ya que los albañiles no tienen ningún apoyo ni protección de ninguna organización.

Aguilera planteó que funcionarios de esta dependencia han declarado en forma recurrente que van a seguir luchando contra los sindicatos de protección patronal; sin embargo, no se conoce una sola acción en este sentido, es puro atole con el dedo.

La prueba más fehaciente es que esos líderes que no son ni fueron trabajadores de los gremios que dirigen; que se eternizan en las dirigencias por medio de autonombramiento estatutario o por nombramiento del comité ejecutivo; que nombran a sus hijos, esposas y parientes cercanos al frente de otras organizaciones sin que medie ninguna elección, tienen cómodamente sus tomas de nota y su reconocimiento oficial, dijo.

Lo más grave de ello, según afirmó el representante de ASPA, es que hay un auge de la contratación simulada, mientras las organizaciones democráticas están perdiendo la batalla.

El sector aéreo es uno de los rubros afectados por las organizaciones que venden protección, y lo más curioso es que son precisamente las aerolíneas que no tienen sindicatos democráticos las que han tenido que cerrar, como Taesa, Aerolíneas Internacionales, Saro, A Volar, Aerocalifornia y Alma, entre otras, lo que significa que el maltrato salarial y contractual a los trabajadores no es sinónimo de rentabilidad para las empresas, concluyó Mauricio Aguilera.