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No estoy conforme con que vayan a salir los que mataron a mi familia, dice testigo

Si liberan a autores de la masacre, de nuevo habrá desplazados, expresan sobrevivientes
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Sebastián Pérez Vázquez, presidente de la mesa directiva de la organizacion civil Las Abejas, al criticar ayer la posible liberación de paramilitares responsables de la matanza de ActealFoto Moysés Zúñiga Santiago
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 11 de agosto de 2009, p. 11

San Cristóbal de las Casas, Chis., 10 de agosto. Sobrevivientes de la masacre de Acteal, integrantes de la organización Las Abejas, dieron a conocer que la libertad de sus agresores haría inminente el desplazamiento de personas amenazadas con ser nuevamente agredidas, por lo que hicieron un llamado a recapacitar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la cual analiza liberar a los autores materiales de la muerte de los 45 fallecidos el 22 de diciembre de 1997.

En el contexto de la Jornada de Oración y Ayuno por la Verdad y la Justicia: Acteal, 11 años de impunidad, que se inició frente a la Catedral de la Paz de esta ciudad, varios de los sobrevivientes externaron su temor. Catalina Pérez Pérez, quien recibió siete balazos, dijo que ella y sus compañeros no podrían vivir tranquilos sabiendo que quienes los violentaron se encuentran otra vez en la región. Ya sobreviví una vez y ahora no sé qué pueda pasar. No estoy conforme con que vayan a salir los que dispararon, los que mataron a mi familia, los que asesinaron a mi mamá, dijo la tzotzil, con ayuda de un traductor.

En medio del llanto, Catalina añadió que si ellos van a salir y van a regresar, tengo miedo, temor. Nos vamos a volver a desplazar para que no nos vayan a matar. Sebastián Pérez Vázquez, presidente de Las Abejas, explicó que la opinión de Catalina es generalizada entre ellos. “Sí, nos vamos a desplazar porque la gente tiene miedo; los paramilitares de Chenalhó tienen muchas armas, tienen bastantes cuernos de chivo, y los que están libres ahora nos han amenazando de nuevo”.

Este grupo –dijo– no entregó nunca las armas de la masacre, y ahora existe el temor de que las usen de nuevo en su contra. En las comunidades Los Chorros, Canolal y Yashemel están los paramilitares armados, son bastantes. Explicó que en 1997, por las acciones de este grupo, unas 10 mil 500 personas tuvieron que desplazarse de sus comunidades, y 4 mil continúan refugiadas en el campamento zapatista de Polhó. Acompañados por el sacerdote Michel Chanteau –quien fue expulsado por el presidente Ernesto Zedillo tras esos hechos– los indígenas explicaron que actualmente la tensión volvió a su región, y la decisión de la Corte puede causar una nueva ruptura.

Los integrantes de Las Abejas, quienes llevaban cargando cruces con el nombre de cada uno de los caídos el 22 de diciembre de 1997, reiteraron su vocación pacifista, misma que, a su ver, causó el encono en su contra de los autores la masacre, por negarse a apoyar la estrategia del Estado con ayuda de los paramilitares, contra las bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional que habitan en su región.

En 1997 aparecieron en Chenalhó los grupos paramilitares. Nos exigían por la fuerza a todas las comunidades que los ayudáramos a comprar armas y a atacar a los zapatistas. Si nosotros no habíamos aceptado tomar las armas contra el gobierno, ¿acaso íbamos a aceptar a tomarlas contra nuestros propios hermanos indígenas?, explicaron en un pronunciamiento conjunto y en una carta enviada a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y organismos humanitarios.

“Nos negamos a apoyar a los grupos paramilitares que vimos claramente que tenían el apoyo del gobierno para conseguir armas, para entrenarse y para hacer sus acciones violentas. Fuimos fieles a nuestros principios a pesar de las amenazas, y como nos negamos a apoyarlos, los paramilitares nos secuestraron, nos corrieron de nuestras comunidades, se robaron nuestras cosechas, nos despojaron de nuestras pertenencias y quemaron nuestras casas. Así nos convertimos en desplazados, pero seguíamos siendo fieles a nuestros principios de paz y no-violencia. Después de la masacre de nuestros hermanos mantuvimos nuestra postura de paz. Nos negamos a buscar la venganza. Seguimos rechazando las armas.

“Decidimos buscar la justicia por los caminos pacíficos y legales con la ayuda del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, y su presidente, nuestro obispo tatic [padre] Samuel [Ruiz García].”

Los indígenas reiteraron que identifican plenamente a todos los actuales detenidos por la masacre como autores materiales de la misma, por ello, pidieron a la SCJN reflexionar sobre la determinación que tomará el próximo miércoles.

Este martes, la jornada continuará en la Plaza de la Resistencia de San Cristóbal de las Casas, con una oración y ayuno para exigir su derecho a la justicia y la verdad, y de que la masacre de Acteal no se repita y se encuentre una nueva justicia con dignidad.