Deuda y compromiso
olor que no cede, vergüenza nacional: 49 niños víctimas de un crimen que resume los peores vicios de nuestro corrupto sistema político. Infantes muy pequeños muertos de manera trágica, espantosa, imperdonable.
Los niños como sujetos de derecho y como sujetos sociales particulares empezaron a perder visibilidad en la sociedad con la creación del DIF en 1977; así, quedaron confinados al ámbito privado de la familia y de los caprichos y negocios particulares de las primeras damas.
Antes, en 1968, se creó el Instituto Mexicano de Asistencia a la Niñez que tuvo como antecedente, con más lúcido concepto, al Instituto Nacional de Protección a la Infancia, instaurado en 1961 por la señora de López Mateos.
En ese tiempo se entendía que la infancia era zona sagrada: el recurso natural más importante para el real desarrollo de un país; se asumía una responsabilidad directa del Estado con la infancia, como parte de un proyecto nacional de desarrollo, económico, sí, pero también –y no a costa– del desarrollo humano y social, que es el que se ha ido perdiendo de vista con los gobiernos neoliberales y mercadistas
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Como contraparte de un capitalismo que promueve lo más rapaz del ser humano, el mundo generó por primera vez en la historia una legislación internacional sobre los derechos de la infancia, que tardó 10 años en ser redactada (1979-1989), para incluir la diversidad cultural del planeta. México firmó la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño en 1990, pero muy poco ha hecho por darle cumplimiento. El Estado mexicano actual –fallido, perverso e indolente– ha incumplido su compromiso como parte de dicha convención, al propiciar la tragedia de la guardería ABC y solapar la ilegalidad y mezquindad de las subrogaciones del IMSS.
De la sociedad depende que no falle la justicia, no como el acto de venganza que quieren ver algunos cínicos para demeritar la exigencia de los padres de las víctimas, sino como precedente indispensable para salvar a la infancia nacional del abandono y desprotección en que se encuentra: víctima de pobreza, desnutrición, escasa y mala oportunidad educativa, explotación sexual y laboral y falta de aseguramiento de sus garantías de personas y de mexicanos.
En México hay en este momento por lo menos unos 30 millones de menores con escasas oportunidades para lograr un pleno desarrollo de sus capacidades. Toca a la sociedad no ser cómplice de tal estado de cosas y exigir políticas sociales de protección y promoción para su infancia.
En homenaje a las víctimas de la guardería ABC, hoy nace esta sección. Nuestra convicción: infancia es destino individual y social.