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Sus resolutivos deberán aprobarse con 75 por ciento de votos

Será refundacional el próximo congreso nacional del PRD

En unos días se definirá el funcionamiento del cónclave partidista

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Militantes perredistas, durante el cónclave partidista de ayer en MoreliaFoto Alan Ortega /La Jornada Michoacán
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Periódico La Jornada
Domingo 2 de agosto de 2009, p. 5

Morelia, Mich., 1º de agosto. El Consejo Nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) aprobó esta noche la convocatoria al congreso nacional del sol azteca, con carácter de refundacional, pero, ante la falta de acuerdos sobre el mecanismo de toma de decisiones en ese encuentro, se citó para un consejo extraordinario que defina las reglas de funcionamiento y toma de decisiones.

Además, se acordó incluir en la convocatoria una adición para constituir una comisión especial que convocará a todas las personalidades y organizaciones de la amplia izquierda política a presentar propuestas de reforma del partido, a través de un llamamiento al pueblo mexicano para construir un nuevo instrumento político.

Se trata, explicó el diputado federal Raymundo Cárdenas al presentar su propuesta, de una especie de congreso paralelo en el que confluyan intelectuales, especialistas, políticos y organizaciones de izquierda que trabajen de manera paralela y complementaria al congreso nacional, que se celebrará del 2 al 6 de diciembre próximo.

El principal diferendo, que motivó a convocar a otro consejo a más tardar en 20 días, fue el hecho de que el bloque de Izquierda Unida (IU) buscó incluir en la convocatoria que los resolutivos del congreso se tomaran por 75 por ciento de los votos de los delegados, y no por mayoría simple, para evitar una imposición de Nueva Izquierda.

Como el punto, al final de una larga jornada de negociaciones, fue insalvable, se decidió aplazar la forma en que se tomarán las decisiones en el congreso.

Durante los debates, en el Centro de Convenciones de esta ciudad, Nueva Izquierda acogió la iniciativa de Raymundo Cárdenas, y Jesús Ortega la defendió al asegurar que el congreso nacional de diciembre sería la última oportunidad de recomposición del PRD.

Ortega –quien sostuvo que la votación de la noche del viernes, donde sus consejeros fieles lo ratificaron, le permite contar con autoridad y fortaleza– evaluó que el partido está ante la necesidad ineludible de agrupar el amplio abanico de las fuerzas de izquierda en el país. Sólo agrupando a las izquierdas podemos ser capaces de enfrentar a la derecha panista y evitar una regresión al viejo hegemonismo priísta.

Esta convocatoria, dijo, debe hacerse sin sectarismos y planteó que ya en dos etapas de la historia moderna de la izquierda, la suma de agrupaciones, partidos y tendencias permitió un crecimiento histórico.

La primera, afirmó, con la construcción del Frente Democrático Nacional, en el que coincidieron “todas las izquierdas: los priístas progresistas, los trotskistas, los estalinistas…”.

La segunda, dijo, fue un momento clave para el PRD: las elecciones presidenciales de 2006, donde Andrés (Manuel López Obrador) fue un factor muy importante, pero porque fuimos a las elecciones esencialmente unidos todos los actores de izquierda del país.

Por ello, expuso, la propuesta de abrir a la sociedad la discusión sobre el rumbo que debe tomar el PRD para superar su crisis interna, debe salir de lo ordinario, de la ortodoxia, tomar medidas audaces” porque, declaró, no se puede pretender un cambio si las cosas se hacen igual.

En contraste, Ricardo Ruiz exigió a Ortega Martínez congruencia con lo que está diciendo e ir a un cambio verdadero, porque ya conocemos esa historia; ya la hemos vivido, y acusó a Nueva Izquierda de querer armar un congreso nacional que no modifique el estatus de confrontación y control del partido por sólo una corriente.

Lo que vemos en este consejo es, desafortunadamente, que se quieren hacer las cosas igual, cuestionó. En seguida, insistió en que el Consejo Nacional debía aprobar una convocatoria al congreso donde las decisiones se tomen de manera colegiada, es decir por el voto de 75 por ciento de los delegados.

No venimos a Michoacán a otro conflicto. Necesitamos un congreso con nuevas reglas, que las decisiones se tomen por consenso y no sólo por una mayoría, para que haya garantía de que se asuman por una mayoría calificada. Si no, sólo se trataría de una simulación y un espejismo que iría contra lo que dijo aquí Jesús Ortega, resaltó.

También el diputado federal electo Agustín Guerrero argumentó que no es la primera vez que los perredistas reconocen que el partido está en una crisis profunda. Lo decimos cada consejo, cada congreso y aún así no hay voluntad de cambio, expresó.

El legislador, que en días recientes defendió su bono de marcha como asambleísta por más de 400 mil pesos, consideró: tenemos tal vez la última oportunidad de seguir bajo las siglas del PRD o pactar una separación del partido.

Queja contra AMLO y Ebrard

Mientras, y de manera casi subrepticia, consejeros ligados a Nueva Izquierda presentaron ante la Comisión de Garantías una solicitud de expulsión contra López Obrador, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, Alejandra Barrales y Clara Brugada, por el respaldo que –señalaron– dieron al Partido del Trabajo en las elecciones para jefe delegacional en Iztapalapa.

Aun cuando se trata de militantes de su misma corriente, Jesús Ortega aseguró que no conocía la queja, pero acotó que en todo caso lo tendrá que revisar la Comisión de Garantías. No tengo información de ese documento, y no sé ni siquiera quién metió ese documento; yo no soy responsable del comportamiento, en el ejercicio de sus derechos, de los militantes, y Garantías es un ente autónomo, que no tiene la obligación de informarme, pero espero que tomen en cuenta que ahora se necesita un ambiente de cohesión y de unidad, arguyó.