Zacatecas, Zac., 27 de julio. Ejecutar coreografías, reflexionar sobre la potencia del cuerpo humano llevado por el ritmo, la melodía, la armonía, hasta el punto del arte o la sensualidad, serán las actividades de la 14 edición del Festival Zacatecas del Folclor Internacional, que comenzó el domingo 26 con la asistencia de alrededor de 15 mil personas.

A las seis de la tarde, desde la parte alta de la calle González Ortega, comenzó el desfile de las delegaciones participantes: 10 extranjeras provenientes de Eslovenia, China, Rusia, Colombia y Canadá, entre otros sitios; las nacionales de entidades como Colima, Guanajuato y estado de México, y compañías locales, como la de danza folclórica de Zacatecas.

Miles de zacatecanos flanquearon a los artistas del folclor, del arte popular hecho movimiento. La mayoría de los integrantes de las delegaciones son jóvenes.

La valla se hizo impenetrable. Miles de niños no se movieron por dos horas, que es lo que duró la algarabía de los grupos en su tránsito callejero.

De González Ortega siguieron por Hidalgo, y de allí a la Plaza de Armas. ¡Qué bailen!, gritaban los zacatecanos. Los danzantes invitan a la concurrencia a bailar, al ritmo de los tambores, las gaitas, los acordeones, las guitarras, las flautas, las trompetas, los tololoches.

Inauguración oficial

Al final del desfile todos llegaron a la Plaza de Armas, donde la gobernadora, Amalia García, procedió a la inauguración oficial del encuentro de culturas diversas, en un ambiente de respeto y alegría.

A las ocho de la noche los grupos mostraron brevemente lo que en funciones especiales ofrecerán en todos los municipios. Casi todo el programa es de acceso gratuito.

Sorprendieron los integrantes de la compañía proveniente de Tijuana (la integran 38 personas), que en parejas mostraron como se baila La Chona, El narizón y Arriando las vacas. No es fácil. Hay que tomar a la pareja de las manos y la cintura para que no salga volando. Nomás se veía la agitación de las faldas amponas, el zapateado. Mucho mejor que en el Rodeo Santa Fe, donde los gruperos ejecutan pasos suicidas.

En el patio del edificio de gobierno se reunieron los danzantes, que en su mayoría no dejaban de bailar polka, cumbia o chotís. Allí, en entrevista el director de la compañía bajacaliforniana, Ignacio Alcalá Miranda, dijo: “Lo que presentamos hoy se llama calabaceado, un homenaje a Los Tucanes de Tijuana, con canciones de ese grupo riginario de nuestra localidad.

“El calabaceado es una serie de movimientos de las gracias que hace el ganado en los grandes ranchos. De ahí viene lo estético, los pasos, que son patadas, brincos y vueltas. El vestuario es totalmente vaquero.”

Para el maestro, lo grupero en el baile popular está presente desde mediados de los años 50, “cuando empezaron a tocar Los Montañeses del Álamo y Los Gorriones de Topo Chico. Desde entonces han surgido nuevos grupos.

En el caso de Los Tucanes de Tijuana sus inicios fueron muy sencillos. Tocaban en los bailes, en La Afición. Comenzaron con el huapango norteño.

Más calabaceados

Para el festival, esta compañía trae montados ocho cuadros regionales de Baja California: tres calabaceados, dos cuadros creativos relativos a la fiesta de la vendimia, “que nosotros bailamos por el Valle de Guadalupe, y el llamado Brisas de mi Baja California, además del cuadro de investigación Cuadrilla de Tecate, y dos danzas indígenas, en la que destaca la de Matlachines del Ejido de Mexicali.

La danza de Matlachines se baila el Día de la Santa Cruz, el 3 de mayo. Los calabaceados son tradición en las rancherías, y hay un festival internacional en la misión o municipio de Ensenada.

Para comunicarse con ellos escribir a wa-kuatay.com