Frente a la demanda de que renuncien los dirigentes estatales corresponsables de la derrota electoral del PAN el pasado 5 de julio, Germán Martínez, presidente nacional saliente del blanquiazul, pidió que no se entre a la dinámica de las dimisiones, porque ello generaría mayor presión al partido.

Durante un encuentro a puerta cerrada con Martínez Cázares en la sede nacional panista, no se pidió la cabeza de nadie y por el contrario, el dimitente presidente nacional manifestó su respaldo a sus homólogos estatales, al tiempo que los convocó a mantener la unidad interna, confió uno de los participantes.

En la reunión se acordó que en cada comité estatal del PAN se efectuará una revisión sobre las causas que originaron la debacle en el nivel local, para integrar un diagnóstico global que será presentado al Consejo Nacional en su póxima sesión, que podría ser 8 o 15 de agosto.

La dirigencia nacional informó que en el cónclave, los dirigentes estatales expresaron su determinación de llevar a cabo el proceso de reflexión, apegados a las normas internas, sin confrontaciones estériles y con claro sentido de institucionalidad.

Se sumaron al llamado para que la sucesión en la presidencia nacional sea motivo de unidad, no para la defensa de intereses particulares o de grupo que causen una división interna.

Los jefes locales del PAN hicieron un recuento de los retos que enfrentaron en cada una de las entidades federativas en los comicios del 5 de julio; y ante la renovación de 10 gubernaturas, en el curso del próximo año, reiteraron su compromiso con el fortalecimiento de la estructura partidista.

Por otro lado, el senador Ricardo García Cervantes consideró que enfocar la atención en los nombres del sucesor en la presidencia del PAN es distraer la atención que hoy debe estar concentrada en dos aspectos: analizar la realidad imperante en el partido, con miras a recuperar su identidad ideológica, su vida institucional, sus prácticas democráticas internas y sus responsabilidades de gobierno, así como interpretar correctamente y asumir las consecuencias del mensaje que dejó la ciudadanía con su voto el 5 de julio.