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Esther Charabati se propone mostrar cómo esa disciplina es accesible para cualquiera

Plantea experta vincular la filosofía con la cotidianidad y las preguntas de todos

El oficio de la duda reúne textos sobre la identidad, los celos y la libertad, entre muchos temas

Se trata de que como individuos aprendamos a pensar y cuestionar, aclara la también pedagoga

 
Periódico La Jornada
Martes 16 de junio de 2009, p. 7

Las preguntas que se hace el ser humano durante su existencia son antiguas, pero la manera de abordarlas hoy día ha cambiado, y las ha convertido en interrogantes nuevos, explicó la filósofa y pedagoga Esther Charabati, autora del libro El oficio de la duda.

Los textos del volumen están escritos en lenguaje sencillo, no académico, cuyo propósito es, por un lado, despojar a la filosofía de la fama que ha adquirido a lo largo de la historia de ser una disciplina rigurosa y aburrida, sólo para especialistas, y por otro, vincularla con la vida cotidiana, con las preguntas que toda persona se hace.

La identidad, la simulación, el proceso que lleva del parecer al ser, la búsqueda del cambio y la estabilidad, el concepto que se tiene hoy día sobre el cuerpo y el alma, sobre la incapacidad de amar, el placer, el erotismo, la melancolía, la libertad, el odio; la longevidad y la juventud, las dependencias emocionales, los chismes, el miedo, la vergüenza, los prejuicios, la tolerancia, las normas, la obediencia, la transgresión, los celos, la amistad, la conciencia, la moral, la corrupción, las mentiras, la dignidad, la conversación y la felicidad son algunos de los conceptos y temas que la especialista plantea, explica, reformula y cuestiona.

Contra la exclusión

De lo que se trata, destacó Esther Charabati, “es poder desarrollar y mantenernos en el mundo de las ideas vinculadas con la realidad; no se trata de hablar de las personas, de ofrecer una respuesta terapéutica a sus problemas, sino de que como individuos aprendamos a pensar, a cuestionar.

“Históricamente la filosofía ha sido privilegio de unos cuantos y siempre se ha desarrollado en el ámbito académico, lo que me parece bien –expresa la autora de No soporto el paraíso–. Sin embargo, lo que me parece mal es que aunque las personas ‘no iniciadas’ se hacen las mismas preguntas, se queden fuera porque no existe un vínculo con ese quehacer académico. Y el asunto es que actualmente ese vacío ha sido llenado por los libros de autoayuda, que lo único que pretenden es dar recetas de cómo se puede vivir.”

Foto
Esther Charabati, ayer, durante la charla con La JornadaFoto María Luisa Severiano

En esos libros “se encuentran recetas para ser feliz o el mejor amante o el mejor padre o maestro, pero la vida no es así; no se maneja con recetas, porque la vida es cambiante, y esa receta que hoy sirve para tal o cual cosa mañana no sirve para nada.

Los libros de autoayuda nos están engañando, haciendo creer que las personas y el mundo son estables y que existe una metodología para lograr siempre lo mismo. ¿Por qué tienen tanto éxito?, porque disminuyen la incertidumbre de las personas, hacen creer que el amor o la felicidad están a la mano.

Publicado por Editorial Felou, en El oficio de la duda se trata de mostrar sin academicismos lo complejo que es el mundo, la realidad; porque hacer como que es fácil no nos ayuda a vivir, ni a entenderla.

Pero sobre todo el objetivo, concluyó Charabati, es mostrar que la filosofía es algo accesible para todos. Lo que se quiere es lograr que las personas se pregunten a sí mismas, con cierto rigor y espíritu crítico sobre aquellos asuntos que las inquietan. Uno no desarrolla un espíritu crítico si aleja la realidad de uno mismo. Uno sólo aprende, decía Freyre, cuando tiene que ver con la propia realidad y con el diálogo que uno establece con esas cosas que nos importan y son fundamentales.

Esther Chabarati, autora de El oficio de la duda, es también artífice del primer Café Filosófico en México, el cual se reúne los lunes a las 20:30 horas en el Café El Péndulo (Alejandro Dumas 81, Polanco).