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El escritor difunde aquí la versión en español de su libro El arte del asesinato político

Francisco Goldman deplora que AL esté cercada por impunidad, corrupción y crimen organizado
 
Periódico La Jornada
Martes 9 de junio de 2009, p. 6

El escritor y periodista estadunidense Francisco Goldman deplora que la impunidad, la corrupción, las pandillas y el crimen organizado representen la realidad latinoamericana y constituyan el mayor desafío para las instituciones.

De visita en México para dar a conocer la edición en español de su obra más reciente, titulada El arte del asesinato político: ¿quién mató al obispo (Editorial Anagrama), considera importante que los países de América Latina preserven un sistema de justicia eficaz, transparente y humano.

“México –dice Goldman– está en una transición en la que puede hacerse justicia si hay honestidad y profesionalismo.”

The Art of Political Murder, editado originalmente por Grove Press y traducido al español por Claudia Méndez Arrianza, reconstruye el asesinato del obispo Juan Gerardi Conedera, en Guatemala, ocurrido el 26 de abril de 1998.

El prelado coordinaba entonces la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de esa nación (ODHA) y acababa de presentar, dos días antes de su muerte, en la Catedral de la capital del país, el informe Guatemala: nunca más, proyecto para la Recuperación de la Memoria Histórica, conocido como REMHI.

Lucha por la justicia

En entrevista con La Jornada, Francisco Goldman, autor de origen guatemalteco, asegura que el caso de monseñor Gerardi contiene el único juicio en ese país en el que militares fueron condenados a prisión.

“Lo que sucedió en Guatemala muestra el amor, el orgullo en el oficio, lo que es luchar por la justicia de manera legal y profesional, sobre todo porque participan fiscales y jueces jóvenes, no mayores de 35 años, que no son los corruptos de siempre.

Por primera vez en la historia de Guatemala llevan a juicio y condenan a tres oficiales del ejército por participar en un asesinato político, un asesinato de Estado en el que también está involucrado un cura.

Las investigaciones del gobierno guatemalteco en torno al caso Gerardi, como documenta Goldman en su libro, apuntaban hacia un supuesto móvil pasional, después viraron hacia otra hipótesis igualmente equivocada: una red de traficantes de arte sacro dirigida por la hija ilegítima de otro prelado, Ana Lucía Escobar.

Una tercera vía de indagaciones eligió otro supuesto: que la víctima fue atacada por un perro propiedad de otro sacerdote que vivía en la misma parroquia.

El héroe del caso Gerardi

Goldman considera que las hipótesis de los investigadores del gobierno eran como una obra de teatro. Todo fue armado, eso era el arte del asesinato político. Lograron confundir a la sociedad para que se olvidara del informe REMHI, que documentaba las violaciones de los derechos humanos cometidas por el ejército.

El héroe del caso Gerardi –dice el periodista– es el fiscal Leopoldo Zeissing, quien consigue los testimonios de Rubén Chanax y Gilberto Gómez Limón para llegar a juicio en 2001. También es importante el trabajo de los jóvenes de la ODHA.

Respecto del asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg en Guatemala, ocurrido el 10 de mayo pasado, que implica al principal partido de oposición, Goldman comenta: “La Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) debe aprovechar este momento; el caso es complejo, no es lo que parece y vuelve otra vez el tema de la impunidad. Varias de las personas involucradas en el crimen de Gerardi están en éste, como Fernando Mendizábal de la Riva y Otto Pérez Molina.

Vamos a ver si la justicia cambia, las condiciones están perfectas con la CICIG dirigida por el español Carlos Castresana y con el aval de la Organización de las Naciones Unidas.