Opinión
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Réplicas
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edo el espacio a respuestas (obligadamente resumidas) a mi texto del 19/5/08 Industria del desaliento: No estoy muy segura de que votar sea una forma de resistencia. Votar, aunque se anule el voto, es una forma de avalar al IFE, que creo que no lo merece ni garantiza nada. Los partidos no ofrecen ni promesas, no son creativos ni para sus anuncios, hace muchos años que lo único que se les ocurre es llenar la ciudad de basura de plástico con la imagen de sus jetas, perdón, pero ese es el respeto que me merecen todos: los perredistas votando la ley Monsanto, la ley Televisa sin leerla, los panistas instalados en la doble moral que viene desde la edad media y los priístas, como siempre. De las personas, se trata de trapecistas que brincan de partido en partido. Estamos viviendo la feria del cinismo todos los días. En la mayor parte de las rebeliones indígenas contra los españoles, las comunidades fueron capaces de aguantarlo todo pero se rebelaban cuando el estado intentaba interferir en su vida privada, en sus costumbres, etc. El ejército a diestra y siniestra y ahora un estado de excepción no reconocido, en el que la SSA está autorizada a allanar las casas con el único propósito de salvarlo a uno, es posible que nos acerque al límite de lo tolerable. Walter Benjamin decía que las revoluciones no son un motor que impulse a los pueblos, sino el freno de mano que las sociedades accionan cuando piensan que son conducidas al abismo. Elvira Nava y Courrech

“La ciudadanía esta decepcionada y deprimida con justa razón y nos encontramos divididos incluso entre quienes sostienen una posición critica frente a las acciones del poder en México, o a anular el voto y pudo entender ambas posturas. existe una tercera vía: que la sociedad civil sin bandera partidista organizara un referéndum paralelo a la elección, con preguntas como ‘¿Aprueba la actual administración de gobierno?’, ‘¿Cree que los políticos representan sus intereses?’, etc. Además de organizar a la sociedad civil se le daría el mensaje en el sentido de que las elecciones son medios del pueblo organizado para darse el gobierno que éste decida y no concesión del gobierno para ir a votar y legitimar mediante el fraude a quienes conviene al poder, creo que animaría a la gente a salir a votar formalmente en las casillas electorales y después, en la casilla ‘informal’ contigua. Los resultados, aunque limitados y sin validez legal, no podrían ser ignorados tanto dentro como fuera del país. Es importante que la gente no pierda la esperanza en el cambio por la vía legal y pacifica, y creo que esto coadyuvaría a tal fin.”

Anastasio Salazar

“Coincido con tus reflexiones acerca del cinismo y desprecio que la clase política tiene hacia los ciudadanos. Pero no con tus conclusiones cuando dices que no tenemos nada mejor. El poder se los damos nosotros con el dinero de nuestros impuestos y ese ‘aguantarnos’. Cuando se hace un concurso para proyectos, si ninguno convence, se declara desierto. En este caso, igual: estos señores que ganan millonadas y que sólo se ponen de acuerdo para robarse todo, no nos representan, ninguno tiene un proyecto digno de ser apoyado. Deberíamos decir: ‘ni un peso de nuestros impuestos para campañas políticas’. ¡Por lo menos sería un cambio! [...] Yo voté el 6 de Julio pero ahora ya no hay para quién votar.”

Giovanna Cavasola

“Tu colaboración me ha dejado intrigado pues el planteamiento esta divorciado de la conclusión. El sufragio no fue diseñado para ser una ‘forma de resistencia’ y asumirlo como estrategia para tan sólo dificultar el ejercicio de la infamia resulta terriblemente desesperanzador. El cinismo ha llegado a tal extremo que la vía electoral es mero apéndice convalidatorio, la experiencia del 88 y el 2006 nos ha dejado claro que cuando el voto ciudadano se inclina por un cambio, ya no digamos cualitativo, de simple forma, el sistema no duda en imponerse y preservarse a costa de lo que sea. El debate no consiste en por quién votar o no votar, sino en si se anula o se abstiene. Los partidarios de la anulación defienden esta como una forma de presión o castigo al sistema, porque en el fondo aún creen en él. Los partidarios de la abstención sostienen que el simple hecho de cruzar una boleta, aunque sea para anular, revalida la partidocracia que padecemos. [...] Tu posición sostiene es sufragio como forma de resistencia, lo cual, a grandes rasgos me parece un sinsentido.”

Víctor Adrián Trujillo

Subo las respuestas completas al blog, en donde también hay comentarios sobre el tema de Ana García Bergua, Juan Pablo, Pk, Lola, El que boga y AnaCess. Por mi parte, sigo pensando que las instituciones son del pueblo, no de la oligarquía que se apoderó de ellas, que es necesario recuperarlas y que el voto ciudadano, con todo y sus dificultades, es fundamental para ello.