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El reclamo de justicia resuena ante nuevas pruebas, dice el arzobispo

Sandoval: crimen de Estado contra Posadas; tuvo todas las agravantes
Corresponsal y reportero
Periódico La Jornada
Lunes 25 de mayo de 2009, p. 12

Guadalajara, Jal., 24 de mayo. El arzobispo Juan Sandoval Íñiguez señaló ante los feligreses reunidos en la catedral metropolitana que el reclamo de verdad y justicia por el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, en el aeropuerto de Guadalajara el 24 de mayo de 1993, no fue acallado, sino que resuena más al conocerse otras agravantes del crimen de Estado contra un príncipe de la Iglesia.

También avaló el cuadernillo editado por el gobierno de Jalisco y distribuido el viernes, donde se afirma que hubo colaboración oficial para que Joaquín El Chapo Guzmán Loera y Jesús Alberto Bayardo, El Gori, se fugaran de prisiones federales de alta seguridad.

“Las palabras del eminentísimo cardenal Eduardo Pironio, enviado del papa Juan Pablo II para encabezar las exequias del señor Posadas en esta catedral, siguen resonando: ‘Queremos saber, tenemos derecho a saber quién y por qué, siquiera para saber a quién perdonar’”, citó Sandoval Íñiguez al inicio de la misa dominical.

El incalificable crimen de Estado contra Posadas tuvo todas las agravantes, y al acumularse las pruebas del complot es necesaria la verdad hoy más que nunca, cuando se han incrementado la violencia y la impunidad, que tal vez se habrían atajado de exponerse a tiempo los autores de este magnicidio que enlutó a la Iglesia y ofendió a los católicos, agregó.

Mano negra en el caso

En entrevista posterior a la ceremonia, el cardenal Sandoval Íñiguez insistió en que resulta muy curioso que El Gori, único inculpado del asesinato, desapareciera o escapara de la cárcel, pues ello –como señalan abogados del caso– hace apreciar que existe mano negra y, por ende, “no se trata de esclarecer –porque el asunto está esclarecido–, sino de decir oficialmente qué pasó”.

El citado cuadernillo no menciona autoría, pero se distribuyó a directivos de medios de comunicación el viernes por la tarde con la tarjeta del secretario de Gobierno, Fernando Guzmán Pérez Peláez, y exhibe en contraportada el logotipo oficial del estado.

En su contenido resaltan la exigencia de no cerrar el caso en tribunales, a 16 años del asesinato, y el señalamiento de que a El Chapo le abrieron la puerta del penal de Puente Grande y a El Gori lo desaparecieron del penal de Almoloya de Juárez.

Titulado Juan Jesús Posadas Ocampo, 16 años de impunidad, el documento sostiene que el cardenal fue asesinado por sus vínculos políticos y la información que poseía sobre el narcotráfico; además de que la fuga de El Chapo fue orquestada por Jorge Carpizo, y que el ex presidente Carlos Salinas tiene aún muchas preguntas que responder.

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Para la Iglesia católica mexicana, el gobierno de Calderón no tiene voluntad política de aclarar el asesinato de Juan Jesús Posadas (en la imagen)Foto Foto La Jornada

Incluye una breve cronología, explica la importancia de ambos prófugos como testigos claves, y reproduce documentos como la declaración ministerial de El Gori, así como una fotografía del ex presidente Miguel de la Madrid con sus acusaciones del 14 de mayo contra la familia Salinas de Gortari, y señalamientos de responsabilidad a Jorge Tello Peón, entonces subsecretario de Seguridad Pública.

El silencio de las autoridades

En la capital, la Arquidiócesis de México señaló en el 16 aniversario del asesinato del cardenal Posadas Ocampo que para la Iglesia mexicana siempre hemos tenido claro que se trató de un crimen de Estado y el silencio de las autoridades lo comprueba. No quieren realmente profundizar porque van a salir grandes personajes del pasado que ya murieron y otros que están vivos.

El vocero de la Iglesia local, Hugo Valdemar, en entrevista afirmó que a más de tres lustros de los hechos de Jalisco persiste un silencio cómplice de las autoridades para no aclarar el crimen.

Todos sabemos nombres de personajes que al parecer estuvieron coludidos en este magnicidio, pero son las autoridades a las que les compete en dado momento darlos a conocer, manifestó.

Durante la tradicional misa dominical que oficia al mediodía en la Catedral Metropolitana, ayer el cardenal Norberto Rivera no mencionó el asesinato del prelado.

Hugo Valdemar aseguró que no hay ninguna voluntad política de los gobiernos para resolver el caso.

No la hubo en el PRI, no la hay ahora en el PAN, y en el gobierno del presidente (Felipe) Calderón tampoco. No hemos visto ningún signo de esto. El cardenal (Juan) Sandoval una y otra vez se ha quejado y denunciado, pero queda en eso: en voces en el desierto, aseguró.

Manifestó que si el gobierno le apuesta al olvido, se equivoca. Año con año estaremos insistiendo en que se aclare ese asesinato, y si hay algún personaje, que lo hay, de altas esferas que tenga que caer, pues que caiga. Ésa es la justicia, que pague el que hizo el delito.