Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 17 de mayo de 2009 Num: 741

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Marcianos
ARNOLDO KRAUS

Plinio: un precursor
LEANDRO ARELLANO

El pájaro mayor
HERMANN BELLINGHAUSEN

Noventa años de la revolución proletaria en Hungría
MAURICIO SCHOIJET

Radicalmente Rosa
ESTHER ANDRADI

Cézanne y Munch: divergencias y convergencias
HÉCTOR CEBALLOS GARIBAY

Leer

Columnas:
Señales en el camino
MARCO ANTONIO CAMPOS

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA


Directorio
Núm. anteriores
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Manuel Stephens

Festival de Mazatlán (I DE II)

Debido a la emergencia sanitaria que paralizó al país por el brote epidémico de influenza a/h1n1, el xxiii Festival Internacional de Danza José Limón fue el único de los que inician la programación anual de la Red Nacional de Festivales que pudo prácticamente llegar a su fin, aunque tampoco pudo incorporar la celebración del Día Internacional de la Danza el 29 de abril –festejo del que se cancelaron absolutamente todas las actividades que habían sido proyectadas. Esta edición del José Limón en su subsede en Mazatlán (la sede principal es Culiacán), fue una muestra que se caracterizó por la mesura y corrección coreográficas; a pesar de que algunas obras exhibieron tintes innovadores, en ningún caso se afianzó una propuesta artística que destacara de la norma.

Nortearte es el solo con el que el bailarín y coreógrafo Manuel Ballesteros se ha presentado con éxito en foros y festivales de México y el extranjero durante los últimos años. La acción se ubica durante un concierto de El Meño, cantante grupero nacido en Cumpas, Sonora; a partir de este eje dramático se hacen cortes que muestran al personaje en diversas facetas profesionales –marcadas por un mercantilismo extremo– e íntimas. Ballesteros es un performer notable que utiliza también la palabra y el canto para construir el retrato de una estrella popular instantánea. Desafortunadamente, al presentarse en un espacio al aire libre y no contar con los recursos escenotécnicos que requiere, la obra perdió los elementos de crítica que, de otra manera, la enriquecen y se mantuvo en un nivel de comicidad epidérmica.

The Forgotten Angle Theatre Collaborative de Sudáfrica presentó Back, de su director P. J. Sabbagha, un dueto femenino que únicamente se sostiene por el impresionante desempeño de Dada Masilo y Lulu Mlangeni. La obra pretende exponer la relación fluctuante entre dos mujeres, pero no logra crear atmósferas y únicamente explota el virtuosismo de las intérpretes mediante fórmulas coreográficas más que convencionales. Elementos que pudieran tener una carga simbólica, como las hileras de flores colocadas en los dos extremos del escenario o el uso de ventiladores, son meramente decorativos. El coreógrafo no acierta a articular sus materiales, viste a sus bailarinas con vestidos blancos que bien pudieran ser de calle, cuando con las cabezas rapadas y por el uso de una energía que se desborda constantemente se alude más bien a seres andróginos. La falta más evidente es la subutilización de un piso de vinil que refleja la luz en el ciclorama; al inicio de la obra se crea una muy bella imagen en la que la figura de las bailarinas tendidas en el piso se reproduce en la unión de ambas siluetas al fondo; la rica posibilidad de poder seguir las vicisitudes de las dos mujeres a través de sus sombras proyectadas en el ciclorama, sin embargo, se abandona inmediatamente después de esto y el piso se utiliza sólo para colorear el espacio con una iluminación nada elocuente. La obra cierra con una acción por entero efectista en que las bailarinas (consideradas rivales profesionales en la escena dancística sudafricana) caminan una hacia la otra y se abrazan fraternalmente; con este reconocible toque sentimental el coreógrafo intenta resumir una serie de danzas que, en su homogeneidad compositiva, bien pudieran ser intercambiables. No obstante ser una obra precaria por donde se le vea, Back tiene el acierto de contar con dos bailarinas en verdad extraordinarias.


Dada Masilo

Caso similar es el de El privilegio de morir que presentó la compañía española Provisional Danza. La pieza es de la autoría de Carmen Werner, directora de la agrupación, y está inspirada en la obra del pintor estadunidense Edward Hopper. En este sexteto, los bailarines reconstruyen escénicamente hipotéticas circunstancias de personajes tomados de los cuadros de Hopper. Visualmente la obra resulta armónica y remite por momentos a los espacios en suspensión y a la intrigante serenidad de los personajes del pintor, pero carece de una estructura que logre dar coherencia a las acciones representadas. Los numerosos desnudos a lo largo de la obra no aportan significados y señalan un simple gusto exhibicionista: el cuerpo se explota plásticamente, pero se deja de lado la exploración del movimiento. La obra no manifiesta un sentido definido y queda como una anodina serie de viñetas sin conclusión alguna, lo cual se hizo evidente en el silencio del público después del oscuro que marcaba un dudoso final.

(Continuará)