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Asegura directora del Centro de Control de Enfermedades que se hacen activos esfuerzos

Vacuna contra la gripe porcina, hasta después de septiembre, prevé funcionaria de Salud de EU
 
Periódico La Jornada
Jueves 30 de abril de 2009, p. 28

Washington, 29 de abril. Una alta funcionaria de los servicios de salud de Estados Unidos informó este miércoles a legisladores que se están haciendo activos esfuerzos para desarrollar una vacuna contra el virus de la influenza porcina, pero advirtió que no estará lista antes de septiembre.

”Si todo saliera bien, la producción podría llevar a la disponibilidad tan pronto como septiembre”, dijo Anne Schuchat, directora adjunta para la ciencia del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos. Pero la funcionaria advirtió que no siempre todo sale tan bien.

Schuchat hizo estas declaraciones ante la Comisión de Seguridad Interior del Senado.

El camino del virus

El virus de la influenza porcina, como todos los virus gripales, entra en el cuerpo por las vías aéreas superiores, donde se une a las células que infecta y de las que se sirve para multiplicarse.

Hay tres tipos de virus de la gripe: A, B y C. Los de tipo C sólo causan problemas respiratorios ligeros.

Los virus A y B comportan dos tipos de proteínas de superficie: la hemaglutinina y la neuraminidasa, bajo la forma de espículas que erizan su envoltorio. El virus H1N1 (hemaglutinina de tipo 1 y neuraminidasa de tipo 1), en el brote de la epidemia de la gripe mexicana, forma parte del tipo A, que se puede dividir en numerosos subtipos y en variantes de subtipos.

Los virus de tipo A y B están constituidos por ocho segmentos de ARN (ácido ribonucleico, su material genético) que se barajan como un juego de cartas, según los términos de la viróloga Sylvie van der Werf. Pueden entonces cambiar y mutar totalmente.

Por otra parte, el cerdo es receptivo a diferentes formas de virus, que pueden combinarse y generar un virus múltiple. Es el caso del H1N1 actual, mezcla de dos cepas porcinas, una cepa aviar y una cepa humana, transmisible al hombre.

Y peor todavía: el virus utiliza al hombre como vector de la enfermedad, que se transmite interpersonalmente.

Cuando infecta a un ser humano, el virus de la gripe se incrusta en las células respiratorias y atraviesa el epitelio, una especie de capa protectora en la superficie de las células.

Para multiplicarse, el virus reprograma la célula y desvía su actividad para conseguir su objetivo. Cada célula infectada puede producir centenares de virus, que se apoderan de todo el sistema respiratorio.

El tiempo de incubación de la gripe porcina es de tres a siete días, y el lapso puede ser más amplio en los niños. Los síntomas son parecidos a los de las otras gripes: fiebres altas, tos, dolores intensos de cabeza y de articulaciones, falta de apetito, congestión nasal y malestar general.

El virus es muy contagioso, se transmite por las pequeñas gotas expulsadas al respirar, toser o estornudar. Para acabar con la epidemia, los científicos recomiendan aislar a la persona y administrarle antivirales.

No se conoce con certeza la respuesta del organismo ante este nuevo virus. Según el virólogo británico John Oxford, si no hemos visto este virus, sí hemos estado expuestos a otros miembros de la familia H1N1, desde 1978. Habría un poco de memoria inmunitaria contra este agente entre los seres humanos, al contrario del virus aviario H5N1 totalmente nuevo para el organismo, según este especialista.