En el primer trimestre de este año la actividad solar disminuyó y presentó su más baja dinámica de una década, lo cual se debe a la nula formación de protuberancias conocidas como manchas solares, informó Juan Antonio Juárez Jiménez, jefe de operación del Planetario Luis Enrique Erro del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Este hecho ocurre en la fase final del ciclo solar actual, cuya duración es de 11 años, lo cual constituye un suceso inesperado para la comunidad científica internacional, expresó el especialista.

Lo anterior no significa una disminución de la energía que produce el Sol normalmente, por lo que no se prevén efectos perniciosos para la vida en la Tierra. Sencillamente es un proceso de reflujo en los acontecimientos cotidianos de ese astro, aclaró el astrónomo.

Entre 1998 y 2004 aumentaron las tormentas solares, protuberancias, turbulencias, manchas y otros fenómenos en el interior del Sol, que se reflejan en la Tierra como tormentas geomagnéticas, que son perturbaciones temporales de la maganetosfera terrestre, que modifica las corrientes eléctricas en la ionosfera con una duración de alrededor de 24 o 48 horas, sin otras consecuencias para el planeta, explicó Juárez Jiménez.

De acuerdo con previsiones de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) y de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por su siglas en inglés), durante marzo pasado el Sol debería haber incrementado su actividad; sin embargo, esto no ha sucedido, contraviniendo los modelos de predicción de la comunidad científica mundial, sostuvo el especialista.

En este sentido, explicó, entre el 16 de marzo y 16 de abril de este año, la actividad del Sol cayó a su más bajo nivel, con tormentas muy pequeñas y ausencia casi total de manchas.

El investigador agregó que este fenómeno de reposo del Sol contraviene todas las expectativas de desenvolvimiento del astro, y dicho sosiego, incluso, podría prolongarse por uno o dos meses más, sin que represente una modificación profunda en su actividad.

Lo anterior, expuso, no debe preocupar, ya que en la Tierra no se presentará ningún cambio en el clima ni en la atmósfera, pero sí es un acontecimiento inédito que obligará a los diferentes centros de investigación espacial en el mundo a elaborar nuevos modelos de predicción solar.

Esta baja en dinámica solar se ha manifestado desde octubre de 2005 y se estimaba que concluiría a finales de 2008, pero se prolongó unos meses este año. Será pertinente realizar nuevos análisis y estudios del desarrollo solar para obtener respuestas y un mejor conocimiento de nuestra estrella, puntualizó el experto.