Seattle/Aberdeen, 3 de abril. Un electricista encontró su cadáver tres días después. Kurt Cobain, vestido con sus vaqueros rotos, había subido a un anexo sobre el garaje.

Allí fumó un par de cigarrillos y consumió heroína. Ese 5 de abril se colocó la escopeta en la boca y jaló el gatillo.

Ahora nos ha dejado y se ha convertido en miembro de ese tonto club, dijo su madre en referencia a los casos de muerte de Jim Morrison, Jimi Hendrix y Janis Joplin. Todos fallecieron a la edad de 27 años.

Le dije que no entrara a ese club tonto, añadió. Cobain y Nirvana ya eran entonces –la primavera de 1994– una leyenda. Su grunge se convirtió en la banda sonora de una generación desequilibrada. Nirvana supo expresar frustración en las letras de sus canciones.

Transcurridos 15 años de su suicidio, el joven de pelo largo, rubio y desaliñado es desde hace tiempo un mito. Según Forbes, en 2006 llegó incluso a superar a Elvis Presley como el muerto más rentable. A finales de 2008, una guitarra destrozada del ex líder de Nirvana se subastó por 100 mil dólares. Los fanáticos, sin embargo, no tienen una tumba donde peregrinar en el 15 aniversario de su muerte, como ocurre con los seguidores de Jim Morrison, que acuden a un cementerio parisino.

Es tan imbécil

Su polémica viuda, Courtney Love, arrojó las cenizas en diferentes lugares. Él es tan imbécil. Quiero que todos ustedes digan imbécil en voz alta. Ésta fue la amarga petición a los fanáticos en el funeral público, poco después de la muerte de Cobain. Algunos, incluso, sospecharon que Love estuvo implicada en la muerte de Kurt.

Cobain, con una vida marcada por las depresiones y la drogadicción, acarició pensamientos suicidas durante años. Su carta de despedida es un documento a la desesperación en el que habla sobre no seguir fingiendo ante sus fanáticos y cobrarles. El antihéroe no quería serlo.

Le resultó difícil lidiar con el éxito y su cara comercial. Los críticos, después de ver cómo su muerte conmovió hasta lo más profundo a millones de jóvenes, lo ensalzaron como el John Lennon de una nueva generación. Y eso que Nirvana sólo grabó tres discos de estudio.

Pero sus canciones sobre la violencia (como Rape Me), amor roto, drogas y desesperanza lo convirtieron en el portavoz de toda una generación; además ,creó una nueva tendencia musical: el grunge de Seattle.

Dave Grohl, Kurt Cobain y Krist Novoselic: Nirvana. El vocalista, con una vida marcada por la depresión y la drogadicción, acarició por años pensamientos de suicidio, hasta que lo consumóFoto tomada de www.celebritymorgue.com

Nirvana constituía el contrapunto del pensamiento consumista de esa época. Se vendieron millones de ejemplares del álbum Nevermind, cuya portada muestra a un bebé desnudo que nada con los brazos abiertos tras un dólar.

Nacido en Aberdeen, cerca de Seattle, Cobain creció en el seno de una familia destrozada. Ignorado por los adultos y objeto de burlas de sus compañeros, porque a él le gustaba más dibujar que el deporte, el joven vivió una infancia infeliz. Sus padres se divorciaron cuando tenía ocho años.

Hoy día, sigue teniendo en su localidad natal fama de perdedor. Para muchos vecinos de esta comunidad conservadora, de leñadores y pescadores, Cobain sigue siendo un personaje embarazoso. No obstante, en la entrada del lugar hay un cartel que hace referencia a una de las canciones de Nirvana, Come as you are (Ven como eres).

Eres nuestro héroe

Uno de los lugares a visitar es el puente en Aberdeen, donde Cobain pasó mucho tiempo con su guitarra. Esa orilla cenagosa del río Wishkah dio nombre al disco póstumo, que se lanzó en 1996 con un concierto en directo: From the Muddy Banks of the Wishkah.

Una placa insignificante recupera aquí a Cobain. El puente aún es el lugar al que acuden muchos vencidos y drogadictos. En el puente se puede ver un grafiti en el que se leen frases como You are our hero (tú eres nuestro héroe) y You’ll live forever (vivirás por siempre).

Cobain consiguió expresar sus frustraciones y miedos en su música, que ligaba el agresivo rock punk con elementos melódicos. Nirvana, que publicó su primer álbum, Bleach, en 1989, quería ser provocador, sucio e impopular, con punks sinceros con pelos a mechones, jeans rotos y camisas de franela.

En Aberdeen todavía hay muchos grupos de escolares que siguen imitando a Nirvana. Y cuando se prende la radio se tiene la sensación de retroceder 15 años. A las emisoras de rock les encanta programar canciones del grande del grunge, Nirvana, o de Soundgarden, Pearl Jam y Alice in Chains, bandas de los años 90.