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La compañía independiente presenta tres coreografías este fin de semana

El Ballet Teatro del Espacio lleva a escena la inquietud existencial, la muerte y el deseo

Sus obras están abiertas a diversas corrientes artísticas, a partir de las raíces culturales

En momentos difíciles hace falta acercarnos al arte, la música y la lectura: Gladiola Orozco

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Aspectos del ensayo general de la compañía que dirigen Gladiola Orozco y Michel DescombeyFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Sábado 4 de abril de 2009, p. 4

El Ballet Teatro del Espacio refleja la realidad social mediante las obras ¡Dios mío!, del coreógrafo Arthurt Kuggeleyn, y La última Sílfide en busca de una beca y El Adiós, de Michel Descombey, que este fin de semana presentarán en el teatro Julio Castillo, del Centro Cultural del Bosque.

Con ¡Dios mío! la compañía envuelve al espectador en movimientos suaves, repetitivos. Lentamente los jóvenes vestidos de negro avanzan en el escenario, algunos marcan el mismo paso, otros realizan fuertes desplazamientos llenos de sensualidad. Todo transcurre en una noche, en un gran salón de baile.

En la obra del holandés Kuggeleyn predomina el erotismo, la desesperación, la lucha y la derrota, todo lo que el ser humano experimenta cuando sueña con algo. Con música de Christian Meyer, los bailarines revelan sus deseos.

Ahí aparecen cuerpos casi inmóviles, otros a medio paso y el resto sólo mueve pies y brazos. Al final aquellos que experimentaron más emociones caen en el escenario y permanecen inmóviles durante un rato.

Bajo la dirección de Gladiola Orozco y Michel Descombey, la compañía cultiva un arte contemporáneo abierto a diversas corrientes artísticas a partir de las raíces culturales y la realidad social del país.

Las obras que presenta Ballet Teatro del Espacio en el Centro Cultural del Bosque son intensas y con diversos matices, en los cuales se aprecia una metamorfosis que inicia en lo impetuoso, pasa por la sátira y finaliza en lo espiritual.

Bienvenida a un mundo ideal

El programa incluye La última Sílfide en busca de una beca, con música de Fréderic Chopin, que muestra lo que vive una bailarina para alcanzar el éxito. En el escenario, la joven se despoja de prejuicios que la atan a una forma de vestir, de moverse, de expresarse. Hasta que decide cuál camino elegir.

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Para Descombey, esta pieza presenta a una joven con deseos y aspiraciones, pero censurada por las instituciones que establecen las reglas que rigen a la sociedad.

La tercera pieza que presenta la compañía es El adiós, con la extraordinaria música de Arvo Pärt.

Los bailarines, con un vestuario blanco, comparten con el público la tristeza que provoca perder a un ser querido. Se trata de una reflexión sobre las distintas implicaciones de la muerte.

Con movimientos lentos, los bailarines dejan su dolor en el escenario y evocan sentimientos como el amor, la soledad, la amistad. Es una bienvenida a la existencia en un mundo ideal, a una nueva vida que persiste en la memoria.

Inquietud existencial, muerte, deseo están presentes en las obras del Ballet Teatro del Espacio, compañía que ha sido galardonada con dos Lunas del Auditorio por El adiós y Carmen, de Descombey.

Gladiola Orozco considera que el programa refleja la historia y el desarrollo de la agrupación, y representa una oportunidad para que el público disfrute de sus más recientes creaciones.

Asimismo, destaca que en estos momentos difíciles que vive el país, hace falta que la gente se acerque al arte, a la música, a la lectura, porque esto nos hace más conscientes y permite unir esfuerzos.

El Ballet Teatro del Espacio se presenta hoy, a las 19 horas, y mañana domingo a las 18 horas en el teatro Julio Castillo, del Centro Cultural del Bosque (Reforma y Campo Marte, atrás del Auditorio Nacional).