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Deben reformular planes de restructuración y diseñar estrategia viable para la Casa Blanca

Limita Obama nueva ayuda a Chrysler y GM; podría ponerlas en bancarrota
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Oficinas de General Motors en Detroit. Las acciones de la compañía cayeron 25.41 por cientoFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Martes 31 de marzo de 2009, p. 19

Washington, 30 de marzo. El gobierno de Estados Unidos elevó al máximo la presión sobre las debilitadas automotrices General Motors Corp y Chrysler, al ordenarles que tomen medidas aún más dolorosas para sobrevivir o que enfrenten la bancarrota. El presidente Barack Obama aseguró además que será limitada una nueva ayuda estatal a las firmas, que ya recibieron 17 mil 400 millones de dólares en un plan de rescate.

No podemos, no debemos y no dejaremos que nuestra industria automotriz desaparezca, expresó Obama un día después de haber rechazado los planes de reformas presentados por las dos empresas y de forzar la renuncia del jefe de GM, Rick Wagoner.

Es un pilar de nuestra economía que mantuvo en pie los sueños de millones de personas, expresó, al tiempo de añadir que el dolor que está sufriendo la industria no es culpa de los trabajadores, sino del fracaso del liderazgo de Washington y Detroit.

Obama también expuso que “no podemos continuar justificando las malas decisiones, no podemos seguir permitiendo que la supervivencia de nuestra industria siga dependiendo del dinero de los contribuyentes.

Lo que pedimos es difícil, expresó Obama en una aparición en la Casa Blanca, al tiempo que el equipo de trabajo para la industria automotriz rechazó los planes de restructuración presentados por GM y Chrysler, y advirtió que ambas firmas podrían ser colocadas en bancarrota para recortar sus deudas.

Según la Casa Blanca, los planes de GM para eliminar sus líneas de producción deficitarias y sanear las cuentas eran insuficientes. En estos 60 días la compañía debe renegociar con sindicatos y acreedores y diseñar una nueva estrategia que sea considerada viable. Durante estos dos meses Washington proporcionará la liquidez necesaria para que la empresa continúe funcionando.

GM tiene 60 días para reformular su plan, mientras su nuevo presidente ejecutivo reveló que podría aceptar una restructuración controlada por una Corte. La firma había pedido 16 mil millones de dólares en préstamos al Estado tras haber recibido en diciembre 13 mil 400 millones, mientras Chrysler estaba pidiendo 5 mil millones tras haber tomado 4 mil millones.

Jared Bernstein, miembro del grupo asesor de la Casa Blanca para el sector automotor, declaró a la televisión que es posible un proceso que separe los activos malos de GM y Chrysler para enviarlos a un proceso de quiebra.

En un intento por impulsar las ventas de autos desde sus mínimos de 30 años, Obama también ofreció su apoyo para un crédito impositivo que daría a los consumidores una deducción hasta de 5 mil dólares para entregar autos más viejos.

La industria automotriz de Estados Unidos, incluidos los complicados proveedores y concesionarios, ha recortado 400 mil empleos en el último año.

Las acciones de GM cayeron 25.41 por ciento, mientras las de Ford Motor Co, que no ha pedido rescate, cedieron 2.82 por ciento. Chrysler pertenece al fondo Cerberus Capital Management y no cotiza en bolsa.

“Como temíamos desde hace tiempo, una bancarrota –aún una controlada– pondría presión sobre la producción, sobre el empleo e impactaría negativamente sobre la confianza del consumidor”, opinó el economista del Deutsche Bank, Joseph LaVorgna.

El gobierno de Obama se comprometió a financiar las operaciones de GM sólo por los próximos 60 días, periodo durante el cual debe llevar a cabo una restructuración general, en vez de concederle los 16 mil millones de dólares en préstamos que solicitó la firma.

Wagoner, presidente ejecutivo de GM desde 2000, fue obligado a abandonar su cargo a pedido del panel del gobierno. También será remplazada la mayoría del directorio.

El plan de Obama

El grupo asesor para la industria automotriz de la Casa Blanca rechazó el domingo los planes de renovación que presentaron GM y Chrysler tras sus rescates en diciembre. Ambas necesitan un nuevo inicio para instrumentar los planes de reforma que han desarrollado, explicó Obama.

Eso podría significar usar nuestro código de bancarrotas como un mecanismo para restructurarse rápido y emerger con más fuerza, agregó. El gobierno no aclaró cuánto capital de trabajo aportará para el financiamiento de las operaciones de ambas firmas, pero GM adujo que necesita 2 mil millones sólo para abril.

Al mismo tiempo, Canadá hizo saber que los planes presentados por las unidades locales de General Motors Corp y Chrysler LLC no son suficientes para ser viables, pero ofreció 4 mil millones de dólares canadienses (3 mil 200 millones de dólares) en créditos puente para sacarlas de apuro mientras se restructuran.

Está muy claro, si el dinero no se hubiera entregado hoy (Chrysler) no habría sido capaz de pagar las nóminas hoy o mañana, se quejó Tony Clement, ministro de Industria de Canadá.