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El compositor inglés y su ensamble se presentan por primera vez en México

La música puede lograr que una sociedad funcione mejor: Bryars

Ofrecerán recitales en el Club de Banqueros, hoy, y en el Teatro de la Ciudad, el viernes

Crear una obra no es algo que se fabrique como la alfarería, expresa a La Jornada

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Gavin Bryars, ayer, durante la entrevista. El compositor, quien figura entre los protagonistas del avance del lenguaje sonoro, mezcla jazz y música contemporánea, más el uso de recursos electrónicos y en la actualidad desarrolla cinco proyectos por encargo, adelanta a La JornadaFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Miércoles 18 de marzo de 2009, p. 4

Para el compositor inglés Gavin Bryars, uno de los protagonistas del avance del lenguaje sonoro en la actualidad, la música puede fungir como modelo de cómo la sociedad puede funcionar mejor.

Me interesa el comportamiento de la gente en el mundo real. La música que realizo es para encontrar algo verdadero y establecer una relación muy rica con las personas, explica.

Bryars considera que conocer a las personas con las que trabaja le ayuda en sus composiciones, pues siempre piensa en su personalidad y en el sonido de sus instrumentos. Respondo mucho a la gente que trabaja conmigo; componer es lo que más disfruto y contar con diferentes posibilidades para mis obras.

Acostumbrado a reunir a los músicos con los que desea trabajar y luego escribir para ellos, Bryars consigue un rasgo singular en su ensamble: flexibilidad y adaptación. Requisito que le quedó tatuado de sus tiempos como bajista de jazz, al lado de improvisadores como Derek Bailey y Tony Oxley.

El Gavin Bryars Ensamble, que por primera vez visita el país, interpretará Lauda, Irish madrigals Adnan Songbook, Wonderlawn y The Sinking of the Titanic, este miércoles y el viernes en el contexto de la versión 25 del Festival de México en el Centro Histórico.

Cada obra es única

Bryars, quien escribió una obra a partir de testimonios de sobrevivientes del Titanic y materiales como cintas de audio, secuencias en clave Morse, y música escocesa e irlandesa para gaita, asegura que los intérpretes que nunca dejaron de tocar hasta que se hundió el barco, se comportaron como músicos supremos.

“Los seis músicos del Titanic decidieron tocar mientras se hundían para tratar de hacer especiales los últimos momentos de las personas. Fue un acto increíblemente noble y es la manera en que la música debería ser, así de profunda. Por eso trato de no hacer cosas que me parecen triviales”, explica el compositor.

Al referirse a la libertad en las composiciones, Bryars compara la ideología anarquista en la cual hay un orden, aunque no existen líderes con la música, porque todos los intérpretes tocan juntos y también se escuchan.

Gavin y su ensamble presentarán este viernes la versión completa de The Sinking of the Titanic en el Teatro de la Ciudad. Sobre esta pieza que concibió hace varios años y continúa renovando de diferentes maneras, señala: “No es tanto que sea diferente, el material es lo que cambia, así como el aspecto técnico. Hay obras que suenan completamente diferentes a la original y la razón es que se escribió en 2002, pero la historia del Titanic no ha terminado de escribirse realmente.

“Cuando hice las primeras presentaciones en los años 70, el Titanic estaba en el fondo del océano, no sabíamos dónde; después se encontró e hice varias versiones con submarinos e iban sacando más objetos, así fueron cambiando las cosas.”

La cara de una muñeca en el piso del barco, una gaita escocesa y otra irlandesa,permitieron al compositor jugar con los elementos musicales y convertirlos en algo íntimo de aquel suceso. “Siempre que sale algo nuevo respecto del Titanic trato de incluirlo en la pieza”.

Según Bryars, cuyo trabajo se caracteriza por mezclar jazz y música contemporánea más el uso de recursos electrónicos y cintas grabadas, asegura que cada una de sus composiciones tienen imágenes musicales similares, y que cuando el público escuche un concierto de él, se dará cuenta de que las obras son diferentes pero tienen el mismo estilo.

El músico también trabaja por encargo y actualmente tiene cinco proyectos: una pieza sobre la literatura escocesa para la escuela de su hija; otra composición para 13 campanas de una catedral, con duración de una hora; una más con bajo y piano dedicada a niños, así como cuatro solos para un recital y un concierto para piano.

Cuando empiezo a trabajar una pieza tengo que hacerlo de cero. No es algo que se fabrica como la alfarería, que empiezas a elaborar una pieza y luego haces otra y luego otra basándote en las anteriores. Cada pieza es única. Esto me ayuda a mantenerme activo constantemente, vivo, señala el músico.

Papel y lápiz

Gavin Bryars considera que su pasado es poco común, ya que compuso música para niños y para publicidad, hasta que comenzó aceptar propuestas para componer ópera. Si conocía algo sobre lo que me proponían, yo decía sí, no importaba de qué se trataba. Algunas cosas eran simples, pero otras eran muy locas, completamente locas.

El compositor, quien cursó la carrera de filosofía en la Universidad de Sheffield, Inglaterra, no usa la computadora para componer, prefiere papel y lápiz, pero no cualquiera, le gusta el Aztec Scroll Master II, que sólo conseguía en una tienda de Nueva York y que empezó a utilizar en 1982.

Esos lápices ya no existen y ahora que voy en la última caja y me quedan cuatro, que todavía no empiezo a afilar, pienso que cuando esos lápices se terminen, mi vida se va acabar.

El Gavin Bryars Ensamble se presentará este 18 de marzo a las 20:30 horas en el Club de Banqueros (calle 16 de septiembre número 27, Centro Histórico).

La versión de The Sinking of The Titanic la interpretarán el viernes 20, a las 20:30 horas, en el Teatro de la Ciudad (calle Donceles 36, Centro).