La crisis del país ha reducido de forma alarmante el poder adquisitivo de la población, al grado de que en 2009 la gente ha dejado de comprar la tortilla por kilo, para adquirirla por pesos, denunció la industria del sector, la cual confió que en este mes quedará unificado el precio del producto en 11 pesos; es decir, 2.50 más que hace un par de semanas.

El líder de la Unión Nacional de Industriales de Molinos y Tortillerías, Lorenzo Mejía, indicó en entrevista que la ausencia de reglas claras en la apertura de tortillerías y los altos costos de los insumos han elevado el precio de venta del producto entre 2.50 y 4.50 pesos por kilo, dependiendo de la región del país.

Agregó que de acuerdo con el reporte de sus 65 mil agremiados, al cierre de febrero la venta de tortilla por kilo entre el grueso de la población forma parte del pasado, debido, añadió, a la pérdida de fuentes de empleo y al asedio de pagos al que los bancos someten a los deudores de sus tarjetas de crédito.

Esta situación, estimó, ya afectó el consumo per cápita de tortilla, que en 2000 era de 275 gramos y actualmente es de entre 180 y 190 gramos.

Señaló que en respuesta a la crisis económica, molineros y tortilleros han demandado al gobierno federal el retiro de todos los subsidios de la cadena productiva del sector, especialmente al de las harineras, y que éstos se otorguen de forma directa a los consumidores.

“Debe aplicar un tortibono o una tarjeta que opere el DIF o la Sedeso, para que durante el periodo de crisis la gente, sin importar su condición social, pueda recibir un kilogramo de tortilla gratis”, planteó.

Al cabo de cierto tiempo, las instancias de gobierno tendrían que aplicar una estricta evaluación para iniciar el retiro paulatino del subsidio y focalizarlo en los sectores que realmente lo requieran, abundó.

Destacó que a causa de la considerable reducción en el consumo de tortillas, y por tanto en las ventas, 20 por ciento o más de los tortilleros de su gremio se encuentran en cartera vencida, ya que no pueden solventar los préstamos federales de entre 90 mil y 150 mil pesos que solicitaron para la sustitución de maquinarias y equipos.