Opinión
Ver día anteriorViernes 6 de marzo de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Penultimátum

El prietito en el arroz

S

egún Federico González Compeán, uno de los productores de la película Arráncame la vida, fue horrible, una gran desilusión para el elenco del filme y para el pueblo mexicano no haber sido seleccionada para competir por el Óscar a la mejor película extranjera, ganado por Departures, de Japón. Agregó que la entrega del Óscar es una fiesta de la Academia de Cine de Hollywood y que a veces tendemos a pensar que las reglas y las cosas deben tener nuestra lógica, pero no. Es su fiesta y los criterios los ponen ellos.

En la fiesta de otra Academia de Cine, la mexicana, también ignoraron dicho filme al integrar las ternas para mejor película, director y actor. Pero Arráncame la vida, financiada con capital de don Carlos Slim y el gobierno de Puebla, tiene, según González Compeán, éxito en taquilla al recaudar ya cien millones de pesos, lo que costó llevar a la pantalla la novela de Ángeles Mastretta. El productor desmiente así rumores aviesos de que apenas se recuperó la mitad de la inversión. Los ingresos serán más cuando se exhiba en otros países, que llevan décadas esperando una buena película sobre Maximino Ávila Camacho.

El prietito en el arroz es la piratería, que vende a ocho pesos lo que en las tiendas que pagan impuestos vale 15 veces más. Pese a tantas promesas oficiales y a los programas anunciados para crear empleos productivos, la economía informal extiende la base de la pirámide de los que han hecho de la copia de discos y películas un negocio floreciente.

Según datos confiables, casi tres cuartas partes de la población mexicana adquiere mercancía pirata. En el caso de la música y los videos, cada año se venden más de cien millones de cd piratas: ocho de cada 10 discos musicales y nueve de cada 10 videos, precisamente los artículos más comprados. Los espectaculares decomisos de la mercancía ilegal parecen servir únicamente para que las autoridades justifiquen su existencia ante los medios.

Son la excepción los países donde se respetan los derechos de propiedad intelectual. Es el caso de Finlandia, Alemania, Holanda y Estados Unidos. En la otra cara de la moneda aparecen China, Rusia, Paraguay, Venezuela. Y México, que ocupa el sitio 45 entre 115 países analizados en el campo del respeto a la propiedad intelectual.

Uno de los resultados son las crecientes pérdidas de la industria cinematográfica: si en 2005 sumaron 480 millones de dólares, el año pasado fueron 800 millones. Un dato menos desalentador tiene que ver con el público, el cual sigue asistiendo a las salas de cine. Hasta en México, donde un boleto cuesta un salario mínimo, en promedio. Los ingresos en taquilla fueron el año pasado superiores en 5.7 por ciento a los de 2007. Agréguese los que proporciona la estrella sin par de la exhibición comercial: la venta de refrescos y comida chatarra.