Usted está aquí: miércoles 4 de febrero de 2009 Cultura Acusa diputado a De Maria y Campos de “haber dañado el prestigio del INAH”

■ Suárez del Real reprocha al funcionario autorizar que se instalaran mamparas en Teotihuacán

Acusa diputado a De Maria y Campos de “haber dañado el prestigio del INAH”

■ Estamos en favor de un proyecto que garantice un desarrollo completo, expresó el legislador

Roberto Garduño

Ampliar la imagen Manifestantes en defensa de Teotihuacán, ayer Manifestantes en defensa de Teotihuacán, ayer Foto: Francisco Olvera

Alfonso Suárez del Real, secretario de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, acusó a Alfonso de Maria y Campos de ser responsable, por “haber dañado el prestigio del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)” al autorizar la instalación de mamparas en el complejo arqueológico de Teotihuacán.

El legislador refirió que el rechazo al actual proyecto de luz y sonido no se opone a la difusión de los sitios arqueológicos, “deseamos –dijo–, que se proteja el patrimonio cultural; estamos en favor de un proyecto solidario y democrático, con un sólido contenido educativo, y que sea transparente y apegado a derecho”.

Al reflexionar en torno al aniversario 70 del INAH, Suárez del Real recordó que el 10 de diciembre de 1938, por conducto del secretario de Educación Pública, Gonzalo Vázquez Vela, el general Lázaro Cárdenas envió una iniciativa de ley con la que el Ejecutivo federal daba respuesta a la insistente solicitud de insignes mexicanos que, como resultado del movimiento nacionalista, requerían de una institución que respondiera a la necesidad de sistematizar el estudio de la riqueza cultural representada por los pueblos y naciones indias, como una expresión orgánica de un gobierno comprometido con la justicia y la inclusión social de los mexicanos tradicionalmente marginados.

De tal forma, refiere el diputado perredista, estamos en favor de un proyecto que proteja el patrimonio cultural, que lo promueva sin lesionarlo, que lo fortalezca en el imaginario nacional e internacional como un elemento identitario y de orgullo nacional; de un proyecto solidario y democrático, que garantice un desarrollo integral equitativo.

Estamos, prosigue, por un proyecto con sólido contenido educativo, que reubique la grandeza y el esplendor de la civilización teotihuacana en el ánimo y el corazón de quienes visiten esta zona, estamos en favor de un proyecto que garantice el acceso a todas las clases sociales a esta manifestación cultural; un proyecto transparente, participativo, estamos en favor de un proyecto que genere certidumbre y confianza social y que, por tanto, propicie sólidas condiciones para su apropiación por parte de la colectividad.

“Escucho con mucha insistencia voces oficiales que afirman que la pirámides de Teotihuacán no se dañaron; eso, como hemos acordado, lo deben acreditar los expertos. Sin embargo, debemos reconocer con dolor, y con humildad, que lo que sí se dañó es el prestigio del INAH, pues a nadie satisface saber que hubo un error, una equivocación que generó más de 8 mil horadaciones, nadie puede rebatir ese daño”.

 
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