Usted está aquí: martes 13 de enero de 2009 Cultura Por fortuna existen la crítica y el público, pero éste es el que cuenta: García Ocejo

■ Como parte de los festejos por sus 80 años, el artista abrirá exposición en el museo Cuevas

Por fortuna existen la crítica y el público, pero éste es el que cuenta: García Ocejo

De glamour e ignominia abarca 150 pinturas y dibujos

■ También mostrará obra en Jalapa

Merry MacMasters

Ampliar la imagen José García Ocejo ayer, durante la entrevista con La Jornada José García Ocejo ayer, durante la entrevista con La Jornada Foto: Marco Peláez

Artista romántico, cuyo estilo lo emparenta con el grupo de “la ruptura”, aunque nunca estuvo relacionado con ese movimiento que se desarrolló en los años 50, José García Ocejo (Córdoba, Veracruz, 1928) inaugurará la exposición De glamour e ignominia, este jueves a las 19:30 horas en el Museo José Luis Cuevas.

El recinto de Academia 13, Centro Histórico, albergará cerca de 150 pinturas y dibujos en el contexto de una serie de actividades en torno a los 80 años del pintor, que cumplió el 14 de junio pasado.

Por el mismo motivo, el día 27 se le abrirá otra muestra en la Pinacoteca Diego Rivera, en Jalapa, mientras el 7 de febrero habrá una función de ballet y pintura en torno al cisne en el atrio del templo de San Francisco (Madero 7, Centro Histórico de la ciudad de México), pues García Ocejo es un amante de las artes escénicas.

Se manifiesta complacido de que las actividades sean “en vida”, aunque reconoce que “en vida tenemos, por fortuna, muchos enemigos. Doy gracias a Dios por esas críticas –no voy a decir nombres– que han sido abiertamente dirigidas, bloqueándome exposiciones, premios, a mí y a otros artistas. Esas personas son las que te sitúan y hacen la historia del arte. Las estupideces de la crítica son lo que hace la historia del arte.

“Si no, ve la historia. Al pobre de Bizet le criticaron tanto Carmen que se fue junto con ella a la tumba. Carmen dio una puñalada y él una crítica, pero al mismo tiempo se fue con su heroína. Ese favor se lo debió a la crítica. Pero le debemos a la crítica la divulgación de la obra de Bizet, empezando por Proust y tanta gente a la que sí le gustó. Por fortuna existen la crítica y el público; éste es el que cuenta.”

–Usted, ¿con qué se quiere ir a la tumba?

–Con Carmen.

Precursor de la ruptura

De glamour e ignominia es una exposición antológica, compuesta de obra seleccionada “libremente”; inclusive hay dibujos realizados en lo que va de 2009. García Ocejo se ha rencontrado con muchos cuadros suyos, porque sus dueños se los han traído para que los retoque. Algunos coleccionistas, apunta, “no saben cuidar una obra porque la exponen a la luz”.

–¿Qué le molesta a la crítica de su obra? ¿Su estilo?

–Creo que sí les gusta, porque cuando les regalo un cuadro se ponen muy contentos. Más bien quien no les gusta soy yo, porque les saco la lengua. A mí no me imponen su criterio.

–Usted desarrolló un estilo al margen a las corrientes dominantes del momento.

–Edmundo O’Gorman, historiador y amigo mío, le dijo una vez a mi esposa: “mira, Mercedes, la obra de Pepe no la van a aceptar por la simple y sencilla razón de que no está dentro de lo que (otros artistas) hacen’. Ellos siguen las corrientes que vienen desde Nueva York o de los grandes museos de arte moderno. Me refiero a la gran tendencia, hay cabida para todo, y México se ha caracterizado justamente en eso.

“Me encanta el arte que se hace en México porque no es monocromo, es policromo. Los artistas somos muchos y cada uno es muy individual; quizá la división sea mala para la fuerza: divide y vencerás. La Escuela Mexicana, que seguía una sola y clarísima tendencia equivocada políticamente, aunque en lo artístico no, fue una fuerza nacional cultural innegable. Ahora es lo contrario. Hay mucha porquería que se exhibe y otra que se vende.”

–Cronológicamente se sitúa con la generación de la ruptura. ¿Nunca se identificó con ella?

–No. Soy justamente precursor de esa ruptura por mi edad. Partimos de Juan Soriano, ocho años mayor que yo, que empieza con ruptura. Sigo, pero nadie me hace caso porque no soy una persona que haga proselitismo, ni maestro. Trabajo para mí y para mi pequeño círculo. Después vienen José Luis Cuevas, Francisco Corzas, Vicente Rojo, todos estos artistas muy interesantes, muy polémicos, sobre todo Cuevas, que sí sabe hacer la ruptura, no sólo como pintor, sino como teórico. Sí soy de la ruptura, aunque un poco anterior y menos conocido.

 
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