El Estado mexicano, incapaz de frenar agresiones
El periodista alemán Günter Wallraff condenó la violencia contra los periodistas mexicanos y se pronunció porque la opinión pública se movilice para, como en su caso ocurre, desenmascarar injusticias y corrupciones, terminar con la impunidad y obligar al esclarecimiento de los hechos.
Como resultado del taller de periodismo de investigación que durante martes y miércoles impartió en la casa Colegio de la Frontera Norte, organizado entre otros por el Instituto para la Seguridad y la Democracia (Insyde), Wallraff suscribió, junto con representes de los medios de comunicación e investigadores que participaron en el seminario, el pronunciamiento que a continuación se reproduce:
“Günter Wallraff y los participantes en el taller de periodismo de investigación impartido por él en la ciudad de México expresamos nuestra alarma por el clima de impunidad y violencia contra periodistas y medios de comunicación en el país.
“El Estado mexicano ha sido incapaz de esclarecer y prevenir más de 600 agresiones contra periodistas (desde el año 2000 a la fecha), entre ellas al menos 45 asesinatos conocidos, y el acoso judicial como el que padece la revista Contralínea, particularmente la reportera Ana Lilia Pérez, por revelar presuntas irregularidades en contratos de Pemex (Petróleos Mexicanos, incluidos los firmados por el fallecido ex secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, como funcionario público y a la vez apoderado legal de las empresas de su familia).
“Ana Lilia Pérez enfrenta un litigio judicial plagado de irregularidades y amenazas de muerte (después de investigar y publicar sobre el consorcio gasero Grupo Zeta, que tiene como accionista mayoritario y director general al empresario Jesús Alonso Zaragoza López, como ella misma expuso en el taller), por lo que exigimos medidas cautelares para su seguridad, en lo que es uno de los numerosos casos que vulneran la libertad de expresión”.
Wallraff promovió el pronunciamiento, luego de escuchar que en México crecen los casos de flagrante violación a los derechos humanos de los periodistas y prevalece la impunidad.
El periodista alemán dijo sentir “horrible” por esta situación y prometió regresar pronto al país, cuando concluya su próximo libro.