Usted está aquí: miércoles 19 de noviembre de 2008 Economía Paulson rechaza rescatar compañías automotrices; Pelosi pone condiciones

■ Directivos de Ford, Chrysler y GM dicen que necesitan 50 mil mdd para evitar la quiebra

Paulson rechaza rescatar compañías automotrices; Pelosi pone condiciones

■ Obligatorio, el uso de nuevas tecnologías para producir vehículos, define la representante

Afp y Notimex

Ampliar la imagen Protesta contra el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson (derecha), en el Comité de Banca del Senado, donde se presentó el funcionario Protesta contra el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson (derecha), en el Comité de Banca del Senado, donde se presentó el funcionario Foto: Ap

Washington, 18 de noviembre. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, reiteró que no se tiene considerado utilizar los recursos del paquete de 700 mil millones de dólares del rescate financiero aprobado por el Congreso para ayudar a las empresas automotrices y afirmó éste “no es una panacea para todas nuestras dificultades económicas”, aunque dijo sentirse orgulloso por las acciones tomadas para la estabilización del sistema financiero.

Luego de la participación de Paulson ante el Comité de Banca del Senado, los presidentes ejecutivos de Ford, Chrysler y General Motors trataron de convencer a los congresistas de duplicar la ayuda a la industria automotriz, después de la aprobación de una partida de 25 mil millones de dólares en septiembre, que no fue distribuida.

Los demócratas que controlan el Senado han propuesto ayudar a la industria automotriz con parte de los 700 mil millones de dólares del Programa de Alivio de Activos Problemáticos (TARP) para el rescate de instituciones financieras. Sin embargo, la Casa Blanca y legisladores republicanos han manifestado su oposición a usar parte de dichos fondos en las automotrices.

Alan Mullaly (Ford), Robert Nardelli (Chrysler) y Richard Wagoner (General Motors), argumentaron que necesitan 25 mil millones de dólares más para evitar la quiebra, e insistieron en la interdependencia de las empresas automotrices y los proveedores para tratar de convencer a los legisladores.

Wagoner indicó que la asistencia le permitiría a General Motors continuar con la manufactura de vehículos más eficientes en energía, al tiempo que aceptaría la participación del gobierno como socio en las ganancias de la empresa.

“Esto es más que salvar a Detroit (el centro de la industria del automóvil), es salvar una catástrofe que puede afectar a los consumidores. Necesitamos ayuda y pagaremos a los contribuyentes muy por encima de lo aportado, en los años siguientes”, recalcó.

Nardelli consideró que la protección bajo una bancarrota –como sugirieron algunos legisladores– no es una opción, ya que se afectarían las ventas y se perjudicaría la confianza de los consumidores.

Esto pondría en peligro cerca de 56 mil empleos directos de Chrysler, 20 mil millones de dólares en cobertura médica asegurada por el grupo, y 35 mil millones de dólares que dejarían de ganar anualmente los proveedores, indicó.

Pero la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, advirtió que los tres grandes fabricantes de automóviles tienen que reformarse si quieren recibir ayuda pública.

“Esta ayuda debe venir acompañada de condiciones estrictas”, advirtió Pelosi, que evocó por ejemplo un congelamiento de las primas y otras indemnizaciones a los directivos, así como la obligación de “utilizar las nuevas tecnologías” para producir vehículos que consuman menos carburante. A modo de garantía para el capital invertido, Pelosi pidió la construcción de una fábrica que integre dichos conceptos de aquí a marzo próximo.

El presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Automotriz, Ron Gettelfinger, manifestó su apoyo a la asistencia a Chrysler, General Motors y Ford, al advertir que su colapso afectaría a miles de familias.

Trabajadores de la industria del automóvil utilizan llamadas telefónicas, correos electrónicos y cartas a legisladores para que el Congreso apruebe un plan financiero de rescate del sector.

En la audiencia también participó el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, quien destacó la importancia del rescate financiero, al indicar que ha permitido inyectar 250 mil millones de dólares en capitales a las instituciones financieras.

 
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