■ Parciales, fiscal y la FBI en el caso del maletín con dinero, afirma
Convoca Argentina a embajador de EU por el ofrecimiento de asilo a una agente aduanal
Buenos Aires, 14 de octubre. A sólo un mes de haber enviado una protesta a Estados Unidos por las irregularidades en un juicio que se lleva adelante en Florida, donde se intenta involucrar a los gobiernos de Argentina y Venezuela, la cancillería argentina expresó “preocupación y desagrado” por el interrogatorio y los ofrecimientos que hizo la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) a la testigo argentina y ex agente de aduana María Luján Telpuk en Miami.
El canciller Jorge Taiana citó el fin de semana pasado al embajador estadunidense Earl Wayne y le pidió explicaciones por la actuación de la FBI, que recibió a la joven Telpuk en el aeropuerto y la sometió a extenso interrogatorio al llegar allá citada por la justicia para ratificar o rectificar su primer testimonio en Argentina.
Telpuk fue quien detectó al empresario estadunidense-venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson, cuando en agosto de 2007 intentó ingresar aquí un maletín con 800 mil dólares. La FBI no sólo ofreció a Telpuk trabajo, sino “asilo político”, como si hubiera estado perseguida en Argentina.
A medida que se conocen más informaciones sobre el juicio que lleva adelante el cuestionado fiscal Thomas Mulvihill, más evidente resulta un entramado de irregularidades que en cualquier lugar del mundo hubiera llevado a la anulación del juicio.
Esto se agrava con las grabaciones realizadas a empresarios radicados en Miami bajo virtual chantaje con la retención de sus dineros en bancos del lugar o la carta escrita por la FBI y enviada al presidente venezolano Hugo Chávez firmada por Antonini Wilson –hombre ligado a la Agencia Central de Inteligencia (CIA)– donde le pedía unos 2 millones de dólares por supuestamente encubrir el destino del dinero también presuntamente dedicado a la campaña electoral de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Telpuk relató que tres hombres, identificados como agentes de la FBI, la separaron de la fila mientras esperaba para pasar por el servicio de migración y la llevaron a un cuarto donde la interrogaron durante dos horas, y dijo que tuvo temor. Pero también interpretó que se trató de influir en su declaración ya que le ofrecieron trabajo como modelo y asilo en Estados Unidos. En Miami mantuvo su testimonio de la noche en que detuvo la valija, que contradecía lo dicho por Antonini Wilson ante la corte.
“Para Argentina resulta inadmisible que la misma agencia que lleva a cabo la investigación que se sustancia ante esa sede judicial ejerza una acción de esa naturaleza a una testigo con anterioridad a su testimonio”, dice el comunicado que entregó la cancillería después del encuentro Wayne-Taiana.
“Para el gobierno argentino el hecho reviste especial gravedad pues se trata de la testigo que, en cumplimiento de sus funciones como agente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria descubrió la comisión de un ilícito en la república argentina”, señala la nota diplomática, y destaca que el ofrecimiento de asilo es “particularmente ofensivo para Argentina”.
El escándalo ya había aumentado cuando casi después de 10 meses de sus primeras declaraciones en diciembre de 2007, Antonini Wilson recordó que le habían comentado que había otra maleta con 4 millones 500 mil dólares. Fue la gota que derramó el vaso. La cancillería argentina calificó entonces de “aseveraciones irresponsables de la fiscalía en base a material armado por la FBI” lo que se decía en el juicio de Miami.
Hay otros datos muy graves, entre ellos la negativa a que declare en el juicio el ex presidente de la Corte Suprema de Justicia de Florida Arthur J. England, quien ya había especificado por escrito que estaba dispuesto a decir que Antonini Wilson cometió un delito de extorsión al gobierno de Venezuela en la carta que le envió la FBI al presidente Hugo Chávez y él firmó, que colocaba a esa institución estadunidense como “el motor de la extorsión”.