Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 24 de agosto de 2008 Num: 703

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

La Francia se Bruni
JOSÉ GAXIOLA LÓPEZ

Nuevas aventuras de Pigmalión
AUGUSTO ISLA

La verdad de la novela
MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ entrevista con ÁLVARO POMBO

Octavio Paz y el budismo de Wang Wei
ALEJANDRO PESCADOR

J.M. Coetzee: ¿a dónde nos lleva el progreso?
RAÚL OLVERA MIJARES

Leer

Columnas:
La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA


Directorio
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Jorge Moch
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Entre líneas TV

Existen pocos programas de corte netamente cultural con que la televisión mexicana en general se pueda ufanar de ser algo más que esa pila de bosta que tanto padecemos a diario en prácticamente todos los canales. Pero resulta que los hay, y que resultan raras muestras de una vasta herencia de divulgación que a menudo parece haberse esfumado. Uno de los más claros ejemplos es un acierto de Canal 22, que lo mismo, ya se ve, ha resultado capaz de ofrecer cosas buenas que programas chatarra, como esos violentos dibujos animados japoneses que sus programadores han embutido en catálogo.

Se trata de Entre líneas TV, suerte de revista televisiva que en lugar de hacerse cómplice de la estupidez colectiva se avienta el trompo a la uña de hacer televisión acerca de libros y escritores, pero sin ceder un ápice a los inevitables vicios de los espacios tradicionalmente dedicados a los libros, esto es, pobreza de producción (que más fácilmente podemos definir como pereza o simple incapacidad creativa de algunos productores) que suele ser la madre de todos los bostezos, o convertir la voz cantante, o sea, la de quien conduce un espacio dedicado a librescos menesteres, en voz engolada, soberbia, didáctica que, también inevitablemente, suele tornarse horriblemente aburrida.

La conducción principal de cada emisión está desde luego a cargo de dos escritores, ambos avezados periodistas culturales, ya en el campo de la creación, ya como críticos literarios o, como ahora, meros divulgadores del quehacer de otros: Julio Patán y José Ramón Ruisánchez. Mientras Patán es autor de ensayos como Conspiraciones (México, Paidós, 2005) y colaborador habitual de la revista Letras Libres, Ruisánchez es el coordinador de la carrera de Letras hispánicas en la Universidad Iberoamericana , y autor de libros de narrativa como las novelas Remedios infalibles contra el hipo (Joaquín Mortiz, 1998) y Novelita de amor y poco piano (Océano, premio Juan Rulfo para primera novela 1993). Esto vale señalarlo porque supone la conducción de un programa libresco por gente que conoce cómo se truena uno los dedos frente a la pantalla o la página en blanco: se hace disección del quehacer literario conociendo desde la entraña lo mucho que de doloroso y a veces ingrato, y casi siempre gratificante y catártico, tiene el oficio de la escritura para quienes lo practicamos. Simple recurso de coherencia, pues.


José Ramón Ruisánchez

Entre líneas TV goza el privilegio de una producción arriesgada, que se atreve a cosas que antes no se habían hecho. Buen ejemplo de ello es ese segmento en que Silvina Espinoza de los Monteros acompaña a una autora o a un autor, que no necesariamente es a quien se dedica la mayor parte del programa, para que responda por sus hechos, esto es, para que explique y sostenga sus dichos –sus escritos, mejor dicho– ante alumnos de escuelas de la más variopinta laya, desde la culta burguesía de la Facultad de Letras de la Ibero hasta el agreste alumnado de una prepa pública. Y la idea funciona, y funciona de maravilla.

Hacia septiembre venidero Entre líneas TV habrá de reiniciar marcha con la que será su tercera temporada en Canal 22, (probablemente en el mismo horario de las dos temporadas anteriores, los lunes a las 21:00, con repetición hacia la una de la madrugada entre semana), y presumiblemente la producción seguirá a cargo del equipo de Palmera Films, dirigido por Juan Carlos Colín (sí, el de Perfume de violetas entre otras producciones para cine y telera), y su público mira el calendario con cierta impaciencia, anticipando que la conducción seguirá a cargo de José Ramón y Julio, y que podremos seguir viendo las entrevistas estudiantiles gobernadas por Silvina, y las recomendaciones de libros que ofrece Ricardo Cayuela, los tangenciales comentarios cinematográficos de Fernanda Solórzano y al resto de los colaboradores de la serie, Anamari Gomís, Mauricio Molina, Alejandro Velázquez, Fátima López y Marianne Locht.

Para las emisiones de la nueva temporada se preparan programas de conmemoración: los cuarenta años de la masacre de Tlatelolco, lo que el movimiento estudiantil significó en y para la literatura mexicana, los trescientos años de la colonia en la Nueva España y los ochenta años de Carlos Fuentes.

Así, los lunes vuelven a ser, al menos por un rato, días en que la televisión mexicana exhibe una de sus caras más amables en lugar de la mueca boba de casi siempre, por contradictorio, paradójico o superferolítico, pero nunca suficientemente reiterativo, que suene decirlo así.