Número 145 | Jueves 7 de agosto de 2008
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus


Los nuevos protagonistas
“Yo elijo vivir mientras otros deciden morir en silencio”

Tlatelolco fue nuevamente testigo de una movilización juvenil. El motivo: la lucha contra el sida. En vísperas de la XVII Conferencia Internacional de VIH/sida, más de 250 jóvenes del todo el mundo se reunieron ahí en la Preconferencia de Jóvenes.

Por Rocío Sánchez

Nunca tendrán éxito si diseñan políticas públicas para jóvenes sin los jóvenes”, afirmó Stephen Kasoma, un joven de Uganda. La frase hace alusión al impacto del sida entre los menores de 24 años. En el mundo, 33 millones de personas viven con el virus, y de ellas, 5.4 millones son jóvenes entre 15 y 24 años. El 40 por ciento de las nuevas infecciones en el mundo corresponden a este grupo, pero la mitad de ellas son mujeres. En África Subsahariana la desigualdad de género también se refleja en las cifras: por cada chico hay tres chicas infectadas. En América Latina la epidemia se concentra en comunidades de gays, transgéneros, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres. Durante tres días, jóvenes de todo el mundo trabajaron en talleres sobre temas específicos, con el objetivo de pasar del conocimiento al cabildeo político efectivo. El acto realizado en el Centro Cultural Tlatelolco, de la UNAM, fue uno de los eventos afiliados a la Conferencia Interncional sobre el SIDA.

Las necesidades y los resultados varían, cuando menos de una región a otra. En el área de Asia Pacífico, los jóvenes enfrentan el problema de la tradición cultural de algunos países que todavía consideran tabú la sexualidad, más aún la sexualidad juvenil, dijo Igor Mocorro, un joven de Filipinas. En ese país, la oposición de la Iglesia Católica a la discusión de estos temas es un factor importante para que el trabajo en VIH sea más de respuesta que de prevención. Por eso, Mocorro llamó a la juventud de la región a urgir a los gobiernos a que vean al VIH/sida no como un problema sólo de salud, sino de desarrollo, y sentenció: “Yo elijo vivir mientras otros eligen morir en silencio”.

De igual forma, en la región de Asia del Sur, los valores tradicionales hacen más vulnerables a los jóvenes debido al silencio que se mantiene sobre temas como el sexo y el uso de drogas, además de los matrimonios tempranos que se celebran sin que las niñas tengan información sobre sexualidad, sobre su reproducción ni sobre el VIH/sida y otras infecciones de transmisión sexual.

Choque de culturas, jóvenes entre dos fuegos Himakshi es una chica hindú de 20 años que trabaja en la Coalición Global de Jóvenes sobre VIH/sida (GYC, por sus siglas en inglés). Ella considera que los adultos no tratan de entender la situación que viven los jóvenes de su país. “Los jóvenes viven entre estas dos influencias: por un lado, la cultura tradicional, y por el otro, la cultura global moderna. Tenemos diferentes necesidades, diferentes perspectivas que son combinación de estas dos culturas. Los padres, los maestros, los adultos son más de la cultura tradicional, así que su silencio y su negación sobre nuestras realidades están perpetuando la epidemia en el país. “Es necesario sentar a los adultos y a la gente joven a la mesa y dejar claro que no porque deseemos educación sexual significa que estamos despreciando la cultura india. Nuestra cultura nos enseña a ser responsables y queremos tomar responsabilidad de nuestras acciones, es por eso que queremos la información, así podremos cuidarnos. “La cultura sudasiática nos enseña a ser abiertos, tener comunicación, honestidad. Todos este tipo de valores proviene de la cultura y nosotros estamos aplicando estos valores culturales en nuestro estilo de vida moderno. Probablemente la cultura tradicional sea benéfica contra la epidemia porque nos enseña a ser responsables y a aumentar la comunicación entre pares, pero también influye negativamente porque la gente no se abre a conversar”.

Como mujer joven, en tono de voz maduro, Himakshi reflexiona sobre los retos que las mujeres enfrentan en India y en todo el mundo. “Los temas de género son comunes en toda la epidemia. En India, especialmente, la cara del VIH está convirtiéndose en un rostro de mujer joven. Las mujeres están siendo desproporcionadamente afectadas. En India y otros países sudasiáticos, se debe al contexto cultural donde las mujeres de por sí tienen acceso limitado a la educación y a los servicios de salud. En el contexto del VIH este acceso se vuelve aún más limitado porque persisten muchos tabúes culturales”.

Un esfuerzo sostenido En Europa Oriental la invisibilidad de las prácticas de riesgo afecta a quienes viven en el área, donde el trabajo sexual y el uso de sustancias no habían sido visibles, al menos hasta la caída de la Unión Soviética, además de que han sido penalizados.

Este encuentro se propuso brindar información novedosa en estrategias de prevención del VIH/sida, reducción del daño y datos detallados sobre los tratamientos contra el virus. Así lo vivió Manuel, de 21 años, proveniente de El Salvador.

“Hay muchas ideas que llevo para implementar en mi país, porque nosotros tenemos una metodología, pero acá también conocimos otras. Y si dentro de la conferencia tenemos la oportunidad de encontrar personas que sí puedan tomar decisiones en nuestro país, las vamos a buscar también”. Cuando Manuel estudiaba la escuela secundaria, hace cinco años, se integró en un proyecto para enseñar y promover el uso del condón entre sus compañeros. El Ministerio de Educación se enteró y envió una orden expresa a todas las escuelas para que no se hablara más de ese tema. “Los padres se preocuparon porque los niños llevaban condones a la casa y llegó una nota a las escuelas de que estaba prohibidísimo mostrar un condón. O sea, podías comentar que el preservativo es un método que te protege de una infección aparte de un embarazo, pero no enseñar como se coloca”. En la comunidad de Manuel, el sacerdote, un jesuita, apoya ese tipo de iniciativas de salud sexual promovidas por su organización Arte y Sida. “Pero a nivel nacional es más difícil porque la Iglesia alega que no está bien usar métodos de barrera porque son métodos que no permiten que una mujer salga embarazada y para Dios eso no está bien”. El proceso de trabajo contra la pandemia debe ser continuo y sostenido, dijeron los asistentes, y es necesario que los tomadores de decisiones se comprometan con la problemática de la juventud frente al VIH/SIDA.

Fuerza juvenil contra el sida Para el caso de África, los jóvenes se ven afectados de diversas formas por la problemática del VIH. Son corridos de las escuelas, se les niega la información necesaria para protegerse y, cuando la tienen, las condiciones de pobreza son un factor importante que impide poner en práctica el autocuidado. Según relató Stephen Kasoma, hay zonas de ese país donde la gente exige a los jóvenes sexo a cambio de comida, y ellos, aun sabiendo que pueden contraer el virus de esa manera, acceden con tal de tener algo para comer. Sumado a esto, si no hay dinero para comprar comida, tampoco lo hay para comprar condones y son muy pocos los lugares que los ofrecen gratis.

Stephen llamó a sus compañeros a “ser parte de la fuerza juvenil y hablar”, no sentarse a mirar ni esperar que sean otros los que tomen la iniciativa de resolver los problemas. Stephen contó a Letra S que se involucró en la lucha contra el sida a través de la organización en la que trabaja, que es una organización de comunicación para el cambio social, no específicamente acerca del VIH, aunque incluye el tema. “Tuve emociones muy fuertes cuando empecé a interactuar con mis pares que viven con VIH, y también cuando me di cuenta de que mis padres también viven con VIH. Ese fue otro empujón para mí para involucrarme más”.

Entre los retos más importantes en su región, Stephen considera que uno es el acceso a medicamentos para aquellos que viven con VIH, “no es fácil tener acceso a las medicinas, y por supuesto que ellos no pueden pagar para comprarlas. También el acceso a otros servicios, por ejemplo. Si necesitas ir a un servicio de salud, no todos son amigables para los jóvenes, y si lo necesitas tienes que ir donde van los adultos y a mucha gente joven no le gusta eso.

Su expectativa sobre la preconferencia y la Conferencia Internacional sobre el SIDA es que “los jóvenes se preparen, después de ser informados y empoderados, para ir y actuar. Estaré feliz si los jóvenes dejan México y van a sus respectivas ciudades llevando más trabajo en VIH y más cabildeo en temas de jóvenes”.

En puerta, Convención de los derechos de los jóvenes

Un herramienta con la que los jóvenes podrían contar para ejercer sus derechos sexuales y reproductivos, y reforzar su lucha contra el VIH/sida, cuando menos en Iberoamérica, es la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes, para cuya aprobación se está llevando a cabo una intensa campaña de promoción, impulsada en el país por el Fondo de Población de Naciones Unidas y el Instituto Mexicano de la Juventud. La idea es reconocer a los jóvenes como sujetos de derechos, actores estratégicos del desarrollo y personas capaces de ejercer responsablemente sus derechos y libertades.

Acción Universal para detener el VIH, exigen manifestantes

Con pancartas, globos y al grito de ¡Sí se puede!, la marcha por la Acción Universal en SIDA, Ya, tuvo como objetivo este domingo llamar a los gobernantes del mundo a emprender una acción universal para detener la propagación del VIH. “Lanzamos un llamado para que en el año 2013 existan 10 millones de personas en tratamiento. Para que a partir de ahora, cada año se puedan realizar por lo menos un millón de pruebas”, dijo en el Zócalo de la Ciudad de México, la Dra. Patricia Campos, directora para América Latina de AIDS Healthcare Fundation.

Luego del recorrido que inició en el Monumento a la Revolución, Campos exigió a las autoridades de salud de México y el mundo el establecimiento de medidas para promover el sexo seguro y la planificación familiar, así como el suministro de condones gratuitos y jeringas nuevas a los usuarios de drogas inyectables. Invitó también a la sociedad internacional a combatir y superar el racismo, la homofobia y la discriminación.

Ged Kenslea, director de Comunicación de la misma Fundación, se mostró orgulloso y esperanzado de que las cosas mejorarán pronto. “Ustedes son las voces que cambiarán el mundo. La disyuntiva de decidir quién va a vivir y quién va a morir ha acabado. No vamos a dejar morir a la gente”, dijo esperanzado ante los cientos de personas que participaron en la marcha.