■ Beneficiará a comunidad de pescadores del poblado El Recreo
Planean ecoturismo en paraje sinaloense declarado santuario de tortugas en 2005
Mazatlán, Sin., 3 de agosto. Cooperativistas y familiares de los pescadores del pueblo El Recreo operarán un proyecto de ecoturismo comunitario en el paraje Verde Camacho, declarado santuario de tortugas en 2005, que es zona de reserva y de protección, conservación, repoblación, desarrollo, y control de diversas especies de tortuga marina, ubicado en este municipio.
Raquel Briceño Dueñas, directora del Banco de información sobre tortugas marinas (Bitmar) del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, encargada del proyecto de capacitación, explicó que el proyecto de ecoturismo es un programa piloto en Sinaloa. Comentó que asesores en desarrollo turístico sustentable ya realizaron estudios de factibilidad, y dijo esperar que en noviembre entrante se concluya con el entrenamiento a las mujeres implicadas, para que obtengan certificación con la cual comiencen a laborar.
El proyecto Santuario de tortuga marina El Verde Camacho es respaldado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); la Comisión Nacional de Áreas Protegidas, y la Universidad Nacional Autónoma de México, mediante el Bitmar, con asesoría de la facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Briceño Dueñas dijo esperar que con el proyecto, las familias de los pescadores obtengan recursos para su manutención, pues los pescadores de estero sólo trabajan tres meses al año, y los nueve restantes deben buscar otras opciones.
Según Raquel Briceño, los pobladores deben cumplir con los requisitos para obtener la certificación de sustentabilidad que exige la Ley de Vida Silvestre, mediante la norma NMX.AA-133.SCF1-2006, por encontrarse en un área protegida como un santuario de tortugas marinas, y la norma 120-SCFI-2006, de protección al medio ambiente con certificación de calidad de playas, en la modalidad de “playa para la conservación”.
Explicó que una ventaja fue que la cooperativa pesquera en El Recreo ofreció su registro para impulsar el santuario, lo que permitió la participación de 22 personas para el proyecto, 15 de los 30 socios y siete mujeres que son esposas y familiares de los pescadores, que comenzaron a recibir cursos del plan de manejo para tortugas marinas en la zona costera de El Verde Camacho desde diciembre pasado.
Gabriela Díaz, integrante del proyecto comunitario de protección a la tortuga marina, comentó que ella y sus compañeras recibirán credenciales que las acreditarán como vigilantes comunitarias, para enseñar a sus visitantes cómo proteger al quelonio y evitar su depredación, con técnicas que aprendió cuando participó en una reunión internacional de conservación sobre la especie, realizada en Loreto, Baja California, en enero de este año.
Carlos Cazarez Quintero, presidente de la cooperativa El Recreo –fundada en 1997–, señaló a su vez que el proyecto ecoturístico comunitario surgió como una idea de sus agremiados, quienes explotan un estero de 300 hectáreas donde capturan camarón sólo tres meses al año. Comentó que en el lugar se pretende ofrecer paseos en lanchas a los visitantes, para que contemplen la fauna diversa de la región, que incluye a patos pichichines, garzas, gaviotas y reptiles como caimanes.
“Ofrecíamos un paseo por el estero a la gente para ver a los caimanes; era de gratis, a veces lo hacíamos por unas cervezas, pero nos convencimos de que era necesario obtener algo de dinero para mantener a nuestras familias, porque el camarón es labor sólo de meses, y la pesca ya no da pa’ tanto; ahora vamos a participar también apoyando a cuidar a la tortugas”, dijo el presidente de la cooperativa.
La comunidad El Recreo, localizada a 21 kilómetros del puerto de Mazatlán y a siete de la playa donde se localiza el santuario de tortugas marina de El Verde Camacho –ubicado entre las playas Cerritos y Mármol–, cuenta con unos 500 habitantes, dedicados principalmente a la pesca ribereña.
Únicamente algunos pobladores viven de capturar camarón de estero, que dura tres meses, y el resto del año deben buscar otras actividades, como contratarse de peones de albañil, jornaleros agrícolas o irse al “otro lado” (migrar a Estados Unidos), trabajos que le permitan sobrevivir “y a veces regresar al pueblo”, señaló el pescador Rosario Mendoza.
El ecoturismo comunitario beneficiará a mujeres, niños y hombres, porque se buscará respaldo para otros programas en beneficio principalmente del sector femenino, que incluyan elaboración de artesanías, ropa y alimentos, manifestó Raquel Briceño.