■ Aerolíneas acumulan 150 reclamos en 8 días
Profeco, impotente ante quejas en el aeropuerto
Ocho días después de iniciado el periodo vacacional de verano, ante los cuatro módulos que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) tiene instalados en las Terminales 1 y 2 del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México, han sido presentadas por los pasajeros más de 150 quejas contra las principales líneas aéreas, por no respetar el derecho de apartado, malos tratos a los usuarios y hasta la cancelación de asientos a las personas que reclaman ser atendidas de acuerdo con los servicios contratados.
Profeco “prohíbe estrictamente” a su personal comisionado en el aeropuerto dar cualquier tipo de información oficial, por lo que únicamente se atreven a comentar que las principales denuncias están dirigidas contra vuelos de Aeroméxico, Mexicana, Aviacsa, Aerocalifornia, Aeromar y Nova Air, entre otras.
“La gente viene disgustada y angustiada porque están a punto de perder sus vuelos hacia los lugares que previamente habían escogido para irse de vacaciones”, dijo uno de los modestos funcionarios. “Nosotros nos limitamos a orientarlos para que formalicen sus quejas, pero lo que quieren es que se les resuelvan sus problemas y aunque en algunos casos los acompañamos a los mostradores de las aerolíneas y platicamos con los gerentes no siempre logramos que los afectados sean atendidos de acuerdo con los contratos realizados”.
Es común –se dice– que los ejecutivos de las aerolíneas señalen como responsables del problema que enfrentan los pasajeros a las agencias de viajes por no llevar a cabo de manera correcta el apartado o compra de boleto, y hacer creer a sus clientes que todo está en regla, pero cuando se presentan al aeropuerto, los viajeros se topan con que no tiene lugar en el vuelo o que fue vendido con el pretexto de que los clientes no llegan a tiempo para registrar sus boletos.
Las personas afectadas telefonean insistentemente a las agencias de viajes en que realizaron las reservaciones y ahí les responden que la agencia no concretó el apartado, “aunque los afectados hayan pagado por adelantado el valor de los boletos”. En otros casos, los empleados, ante los reclamos un tanto alterados de las personas, responden: “vaya y quéjese con quien quiera, nosotros no podemos hacer nada. No hay cupo y, si quiere, lo apuntamos en lista de espera”, pero si sube de tono el reclamo, al “usuario rijoso” le dicen que “por su actitud y por seguridad dentro del avión”, se cancela cualquier posibilidad de darle un espacio.