Número 142 | Jueves 8 de mayo de 2008
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus
NotieSe

La madre pródiga (y sexuada)

La pintura muestra un pubis femenino, las piernas y el torso cercenados por el encuadre obligan al espectador a fijarse en la vulva generosamente coronada de vello que parece guiar hacia las comisuras rojizas. Un origen, si no del mundo (la primera referencia, por el realismo del trazo, es El origen del mundo, la celebre pintura del francés Gustave Corbet, de 1866), sí de la mexicanidad: los labios vulvares y el clítoris asomando de su capuchón semejan la imagen de la Virgen de Guadalupe. La obra del artista mexicano-estadounidense Daniel Lezama se titula Guadalupe Tonantzin (2003) y forma parte de la exposición “La madre pródiga” que se exhibe en el Museo de la Ciudad de México.

En el origen está el sexo, la tradición carnal primigenia, silenciada —imposible de erradicar— por el moralismo. Las obras de Lezama conjugan el realismo decimonónico y una especie de barroco posmodernista para proponer nuevas lecturas sobre la mexicanidad, esa esencia perdida de tan buscada. No hay continuidad con los mexicanismos del siglo XX, la ruptura penetra con la sexualidad. La representación abandona los eufemismos, la tradición no está en los símbolos, está en los cuerpos; no está en la esencia, está en el sexo. En una noche, en un paraje una mujer está pariendo, encuclillada y con las manos amarradas a un árbol, a sus pies yace inconsciente un hombre desnudo y borracho. Una niña (¿su hija?) sentada al lado del hombre lo mira y sujeta su pene, mientras un niño ventrudo contempla y toca el rostro compungido de la madre. Los faros de un automóvil los alumbran (Natividad, 2003). Lezama —escribe el crítico Luis Carlos Emerich— “ha sustituido los propósitos edificantes de la pintura histórica, religiosa y costumbrista mexicana del siglo XIX, para proponer la pulsión sexual irrestricta como la verdadera fuente de energía cohesiva de la célula familiar y, por tanto, la promiscuidad como única forma de relación y permanencia de los valores que han sustentado sus tradiciones”. “La madre pródiga”, exposición de pinturas de Daniel Lezama, se exhibe en el Museo de la Ciudad de México. Pino Suárez 30, esq. República del Salvador, Centro Histórico. Hasta el 29 de junio de 2008. (Fernando Mino)



Natividad, 2003, Óleo sobre lino,
145 x 190 cm
Colección Alejandro Paez Varela /
Ciudad de México