Usted está aquí: lunes 5 de mayo de 2008 Cultura El poeta quiere tener poder de convocatoria y de fascinación con el lenguaje: Darío Jaramillo

■ El escritor colombiano promueve en México su obra, reunida en un volumen del FCE

El poeta quiere tener poder de convocatoria y de fascinación con el lenguaje: Darío Jaramillo

■ Mi país es efervescente para la creatividad y la violencia; es un país que no acaba de cuajar, señala

Arturo Jiménez

Ampliar la imagen El poeta sudamericano Darío Jaramillo Agudelo El poeta sudamericano Darío Jaramillo Agudelo Foto: Archivo La Jornada

Sabedor de que la poesía es un instrumento para la revelación y la exploración tanto del mundo interior como del exterior, el escritor colombiano Darío Jaramillo Agudelo tiene claro, además, que su país es un único paisaje en el que conviven las sombras y las luces.

“Colombia es un país efervescente para la creatividad y para la violencia, un país que no ha terminado de cuajar”, comparte el narrador y poeta, para quien las novelas también son una forma de la poesía, pues ambos géneros persiguen “la emoción poética”.

Jaramillo (1947) se encuentra en México para promover Libros de poemas: obra reunida (Fondo de Cultura Económica), que incluye los seis poemarios publicados de 1974 a 2001: desde Historias hasta Cantar por cantar, pasando por el muy conocido Poemas de amor, que suma unas 15 rediciones.

El libro, que cuenta con prólogos de los escritores mexicanos Sergio Pitol y José Emilio Pacheco, ya no alcanzó a incluir el poemario Cuadernos de música, que acaba de publicar la editorial Pretextos, de España.

El poeta, confiesa Jaramillo en entrevista, es una persona común y corriente, que inclusive, como en su caso, va a la oficina, se pensiona y hasta acude a los estadios a ver partidos de futbol, sobre todo los del Deportivo Independiente Medellín.

“Sólo que el poeta es un loquito obsesionado con el lenguaje, que quiere alucinar con las palabras, que quiere tener poder de convocatoria y de fascinación con el lenguaje.”

Poesía y autoconocimiento

–¿La poesía es un método para indagar en la realidad, la externa y la interna?

–Sí, porque el lenguaje revela palabras, objetos, sentimientos, emociones, conocimientos. Muchas veces uno tiene emociones y sentimientos que no tienen palabras, y el esfuerzo es tratar de nombrar lo que estoy sintiendo adentro, y eso ayuda al autoconocimiento. Pero éste no es definitivo y siempre es mutable, se cancela a sí mismo por la evolución que se tiene.

Jaramillo Agudelo dice que el ejercicio de la poesía y la obsesión por las palabras ayuda a tener una vida interior rica, un contrapeso a la ansiedad y la angustia y ha sido un estímulo en la soledad, a la que no observa como algo negativo.

–En la serie de poemas sobre los amores imposibles se plantea que éstos, inclusive, logran que no se sienta la soledad, pese a estar solo. ¿Eso se debe a que amar algo imposible es una especie de desprendimiento de sí mismo mediante el amor?

–Exacto. Hay un hecho: uno llega al mundo solo y se va solo. Existe un círculo de soledad alrededor de uno que es impenetrable, que es importante conocerlo, pero no creo que sea motivo de angustia o de ansia.

–Como suele verse en el mundo occidental.

–Claro. Si con la vida interior uno logra incrustarse a través de lo bello que tiene la vida, pues esa soledad se vuelve una compañía de uno mismo para acercarse al resto del mundo. Inclusive me voy al lado contrario: yo me siento mucho mejor cuando estoy solo y en silencio que cuando estoy en un grupo muy grande y con ruido. Y eso es una forma de estar con el mundo.

–¿Cómo observa el poeta a su país, que parece ubicarse entre la luz y la oscuridad, entre, por un lado, la cultura, la poesía, el teatro, la literatura, el cine y la danza y, por el otro, la violencia?

–Y todo eso, las sombras y las luces, son parte del mismo paisaje. Es un país efervescente, para la creatividad y para la violencia. Es un país que no ha terminado de cuajar. Es como una sopa que no acaba de hervir, en la que todos los ingredientes están echados, pero todavía no se da el producto final. Como que todavía se está acomodando, y en esos acomodos nos ocurren las cosas que nos ocurren: terrorismo, violencia, la deslegitimación del poder, la deslegitimación de los que luchan contra el poder institucionalizado.

“Y en medio, una sociedad en la que se oyen voces de la persistencia, como alguien que decía: yo persisto en ser civil, en no armarme, en tratar de afinar y afirmar lo que soy a partir de la civilidad, de la civilización, del no tener un arma para imponer lo que soy. Debemos ser menos militares y más civiles, entendernos conversando aunque no estemos de acuerdo.

“Al mismo tiempo, hay una creatividad efervescente, una necesidad de buscar desfogues del espíritu y del cuerpo que no sean mediante la violencia. Por eso, por ejemplo, la efervescencia de la poesía y del público para la poesía en Colombia.”

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.