Usted está aquí: domingo 27 de abril de 2008 Política “Racismo y negligencia” en hospital coleto causó la muerte a una indígena de 72 años

■ Autoridades de salud zapatistas denuncian que médicos no atienden pronto a enfermos

“Racismo y negligencia” en hospital coleto causó la muerte a una indígena de 72 años

■ Desdeñan diagnósticos de clínica La Guadalupana; hacen sufrir horas a pacientes de los Altos

Hermann Bellinghausen (Enviado)

Ampliar la imagen Zapatistas del ejido Amador Hernández Zapatistas del ejido Amador Hernández Foto: La Jornada

San Cristóbal de las Casas, Chis., 26 de abril Las autoridades de salud autónomas de los Altos denunciaron negligencia y racismo en el hospital regional de esta ciudad coleta, la cual ya causó la muerte de la indígena Juana Guadalupe Gómez, de 72 años, por falta de atención de una evidente oclusión intestinal, el pasado día 11. Luego de tres días abandonada en el nosocomio y afectada por una peritonitis que los médicos no quisieron ver, falleció “por paro cardiaco” según el parte médico. Tan tan.

La coordinación de la clínica zapatista La Guadalupana, del caracol de Oventic, denunció hoy que “90 por ciento de los pacientes” que ha canalizado en las semanas recientes –en su propia ambulancia– al único hospital regional de los Altos, en San Cristóbal, recibe mala o nula atención.

Cada mes se remiten de 10 a 12 enfermos. Así han salvado muchas vidas de zapatistas y no zapatistas de los Altos, Ocosingo y Teopisca. Pero en los últimos meses, el personal médico del nosocomio gubernamental ha dejado de prestar atención. Revisando los casos más recientes que presenta la coordinación autónoma, se encuentra algo que va del racismo a la negligencia o la ignorancia. Y, peor todavía, la arrogancia.

Cuando es rebasada por alguna emergencia quirúrgica o de terapia intensiva, la clínica zapatista remite los pacientes al hospital público. Por regla, los envía acompañados por un un promotor de salud autónomo, que para sorpresa de los médicos de San Cristóbal, sabe cuál es el problema del enfermo, lleva análisis y conoce el tratamiento que necesitan.

“Tú qué sabes. ¿Dónde aprendiste?” –preguntan molestos a los indígenas, antes de echarlos del área clínica, desdeñando cualquier información que venga de ellos. Y como dicen los promotores de La Guadalupana: “si a nosotros, que tenemos preparación y somos zapatistas, nos tratan así, mucho peor tratan a los hermanos indígenas que no se pueden defender”.

En días recientes, enfermos indígenas de El Bosque, San Andrés, Simojovel y Teopisca, remitidos por los zapatistas, han sido maltratados o abandonados en el hospital regional de San Cristóbal. El 25 de abril, Miguel Díaz Pérez (41 años) llegó con una apendicitis aguda y bien diagnosticada que requería cirugía inmediata. Injustificadamente, lo hicieron esperar 12 horas, en las que pudo morir.

En el hospital no acostumbran explicar nada a los familiares o los enfermos indígenas, ni siquiera al darlos de alta. “Para qué, si no entienden”, han dicho al personal de salud autónomo. Por esa actitud, Florentino Ruiz López (5 meses), de El Bosque, estuvo al borde de una septicemia; llegó con diagnóstico de neumonía y los médicos dijeron que era asma, lo dieron de alta sin antibióticos y le receteraron nebulizaciones. “En la comunidad no hay nebulizador”, dijo el promotor a la médica, a lo que contestó: “pues que venga aquí diario”. Y él replicó: “como no tienen dinero, no van a poder; para venir pidieron prestado”. Y la médica insistió: “seguro allá hay un centro de salud”.

Ofendidos por la seguridad del promotor indígena, dos galenos le advirtieron: “ya no les vamos a recibir más pacientes si no vienen acompañados de un médico”.

Los miembros de la coordinación de La Guadalupana apuntan: “ninguna ley obliga a que un enfermo tenga que llegar acompañado por un médico para recibir atención”. Consideran además que el maltrato lo reciben también por ser zapatistas. Así que Abelardo Méndez Hernández (4 años) aulló de dolor casi un día entero –el 23 de abril–, con una oclusión urinaria por cálculos, ya que los médicos rechazaron el diagnóstico de los indígenas; luego fracasaron en poner al niño un catéter para vaciarle la vejiga, y se olvidaron de él. “La madre recibió sólo indiferencia, y al otro día tuvieron que meter a Abelardo de urgencia en el quirófano”, refiere un promotor.

Elerina Sánchez Méndez (45 años), de Simojovel, enferma de tuberculosis aguda, fue llevada en muy mal estado de Oventic al hospital, el 12 de abril, luego de un grave sangrado pulmonar (hemoptisis). La médica que recibió a Elerina en el hospital dijo con sarcasmo a los promotores: “¿por qué se preocupan tanto?, es normal que sangre mucho, tiene tuberculosis, pero está mejor que yo”.

Los promotores aclaran que éstos son sólo algunos de los casos recientes. Afirman que episodios así suceden ahora dos veces por semana. La coordinación de la clínica zapatista de Oventic teme por sus pacientes. “Cada día que pasa los tratan con más desprecio.”

 
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