Usted está aquí: jueves 24 de abril de 2008 Cultura La consciencia de una crisis envuelve toda celebración por la palabra, dice experto

Día mundial del libro

■ Realizan un ciclo de mesas redondas en la UNAM para conmemorar al libro

La consciencia de una crisis envuelve toda celebración por la palabra, dice experto

■ Proponen adoptar el precio único para revertir el círculo vicioso en la rama editorial

Ericka Montaño Garfias

La paradoja en el Día Mundial del Libro: “celebramos el día del libro, el día de la cultura, y tenemos que hacerlo en torno a una desazón: la que nos produce la consciencia de una crisis de todo eso que celebramos: del libro, de la cultura, de la palabra”, advirtió el académico Federico Álvarez, durante un ciclo de mesas redondas para conmemorar el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Álvarez, asesor literario de la editorial Siglo XXI, fue uno de los invitados al foro en el que se analizó la situación del libro, la lectura, el precio único del libro, el soporte de papel frente al electrónico, el proceso de edición de una publicación universitaria y el mercado del libro en México.

En la actualidad, el negocio de los libros se rige por el marketing, añadió el ensayista, y “los problemas del libro hoy son los mismos que el año pasado, pero mucho más graves y, desde luego, estamos más conscientes ahora”.

La inflación encarece el papel, ese aumento en el precio incrementa el monto de venta, los editores aumentan sus precios. “El librero se queja. Vende menos. Para mantener sus ventas, disminuye también su cuota de beneficio, pide mayor descuento al apurado editor y lo ofrece al comprador. ¿Qué sucede? Que los grandes libreros (una decena en el DF, ciudad de 20 millones de habitantes) pueden ofrecer rebajas que los pequeños libreros no pueden porque venden menos y el editor no les ofrece los descuentos que da a los grandes. Resultado: 20 mil librerías cerradas en todo el país en los pasados cinco años”.

Para revertir este círculo vicioso se propone el precio único del libro. Sin embargo, Federico Álvarez señaló que el único defecto de esa ley, vetada por Vicente Fox y que se encuentra en el Senado, es que va en contra de una “que ha adquirido categoría universal e inapelable: la ley del mercado, del libre mercado (…) Una ley de precio único va indudablemente contra la libertad del librero, la libertad del mercado”.

Panorama pesimista

Respecto de la ley del libro, Víctor Manuel Espino Gaytán, director general de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), dijo tras su ponencia que dicha legislación se dispensó en primera lectura en el Senado. “Se iba a subir a segunda lectura, pero obviamente por razones conocidas no se ha reactivado, pero va muy bien, sabemos que hay consenso. Estamos en contacto constante con los legisladores”.

Camilo Ayala Ochoa, de la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, señaló que se ha luchado contra el hecho de que la lectura está reservada a las elites, “se ha intentado mucho, pero no lo suficiente durante el siglo pasado: grandes donaciones de libros, libros de texto gratuitos, becas a creadores, exentar a la industria editorial de impuestos y crear bibliotecas de aula, pero son muchos los pasos sin avanzar en el camino.

“Quizá nos hemos equivocado en pedir al Estado su intervención en la esfera cultural, porque la lectura es una decisión que compete a la familia y a la persona.”

Para Federico Álvarez, “poco se habla del ambiente de la casa en las estadísticas. Se dice que los hogares con 80 libros o más representan uno o 5 por ciento. Es verdad que el niño que crece donde hay libros tendrá más posibilidades de leer, pero puede ser que no: la victoria de la imagen es indiscutible”.

En cuanto a la producción editorial en la UNAM, Berenice Hernández Alanís, del Instituto de Investigaciones Sociales, propuso crear un seminario permanente de editores en la universidad, la creación de un catálogo electrónico para reunir todas las novedades editoriales, retomar el 21 de julio como día del libro universitario y reditar el libro conmemorativo.

“El panorama es pesimista, estamos publicando 200 ejemplares, los almacenes están llenos. Tenemos que hacer algo, no podemos sólo editar y desatender la difusión y la distribución.”

 
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