Usted está aquí: domingo 6 de abril de 2008 Política Después de tres semanas, los comicios del PRD en “punto muerto”: Núñez

■ El conteo, interminable; por enésima vez se atora el cómputo y avanza la crisis

Después de tres semanas, los comicios del PRD en “punto muerto”: Núñez

■ Emplazan al comité electoral para que en 48 horas termine la sumatoria de casillas no impugnadas

Alma E. Muñoz

Ampliar la imagen El senador perredista Arturo Núñez, durante la conferencia de prensa que ofreció ayer para informar sobre el avance en el cómputo de las votaciones internas El senador perredista Arturo Núñez, durante la conferencia de prensa que ofreció ayer para informar sobre el avance en el cómputo de las votaciones internas Foto: José Carlo González

El comisionado electoral del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el senador Arturo Núñez, admitió que no sólo el instituto político está en crisis, sino también la Comisión Nacional de Garantías (CNG), el Comité Ejecutivo Nacional e inclusive los candidatos Jesús Ortega y Alejandro Encinas, quienes no han logrado ponerse de acuerdo para destrabar el cómputo que permita definir al ganador de la presidencia nacional.

Sin embargo, Jesús Ortega advirtió que para evitar caer en una “profunda crisis” es necesario que, conforme a las normas internas del partido, concluya el conteo, el cual –según Núñez– en estos momentos se encuentra en “punto muerto”. En tanto, Alejandro Encinas, tras la renuncia de Graciela Sánchez Mota al Comité Técnico Electoral (CTE), consideró que es necesaria la intervención de oficio de la Comisión Nacional de Garantías (CNG) para definir las casillas que son válidas para el cómputo.

En conferencia de prensa, en el marco de los encuentros que ayer, junto con su compañero en el CTE, Edmundo Cancino, sostuvo por separado con los equipos de ambos aspirantes, Núñez lamentó la renuncia de Sánchez Mota pero, “aunque es un problema serio, mientras tengamos quórum (dos de tres) podemos funcionar”.

Estableció además como fecha “fatal” para entregar resultados el 11 de abril próximo, aunque lamentó que se haya “frenado” el cómputo en ocho estados. En esto, afirmó que como en la canción de Aquimichú, tras dar “un pasito pasito pa’ delante, dimos dos pasitos atrás”.

Sin embargo, reiteró, es un hecho que el 22 de abril debe haber presidente nacional del PRD, porque ese día dejarán su cargo el actual dirigente Leonel Cota Montaño, y el secretario general, Guadalupe Acosta Naranjo. “Así que nosotros, hasta donde llegue el cómputo, entregaremos resultados y la Comisión Nacional de Garantías tendrá por lo menos 10 días para calificar el proceso”, añadió.

Advirtió que en el CTE confían que el PRD “no llegue a un peor escenario, que sería un cómputo parcial de los 33 sumandos (incluido el exterior), ya que de manera automática la elección se declararía nula de pleno derecho porque no cumple con el requisito de 80 por ciento de casillas computadas” con resultados completos de los estados, y no a “pedacitos”.

Mientras Encinas insistió en que debe limpiarse el proceso y no contar como válidos los votos obtenidos de manera ilegal y fraudulenta, Ortega Martínez desestimó que el conflicto sea equiparable al de 1999, cuando se anuló el proceso en el cual compitió contra la hoy gobernadora de Zacatecas, Amalia García.

“No tiene nada que ver. Yo siempre he dicho que el presidente del partido en aquella ocasión (Andrés Manuel López Obrador) tomó una determinación equivocada al anular la elección. ¿Sobre la base de qué?. Véase quién estaba en la Comisión Nacional de Garantías y Vigilancia en ese momento. Se tomó una decisión política errónea y no se puede tropezar con la misma piedra”, indicó.

En entrevista, el líder de Nueva Izquierda sostuvo que esa impresión del “mugrero y del cochinero” en los recientes comicios es “una intención política de la derecha para descalificar al PRD en su conjunto... No digo que no hubo irregularidades, sí las hubo y hay que sancionarlas y tomarlas en cuenta en la calificación que haga la CNG, pero no caigamos en la burda trampa de lesionar al partido en su conjunto”.

–¿No está tan deteriorada la imagen del partido tras estas elecciones, que tal vez lo mejor sería que ni Ortega ni Encinas asuman la presidencia nacional?

–No es verdad eso, esa es una intención política… Sí nos ha afectado, sin duda que sería una necedad negarlo, pero eso no nos debe llevar a la conclusión catastrófica de que ya se acabó el asunto. Eso es lo que quieren y prefieren algunos a que se den a conocer los cómputos.

Encinas, tras encabezar una reunión con consejeros nacionales de Izquierda Unida, la coalición que lo apoya, informó que ninguno se registrará para el noveno pleno extraordinario del sexto Consejo Nacional, declarado en receso el viernes pasado, porque “estamos convencidos de que no hay materia de discusión” en torno a una situación poselectoral.

Inclusive dejó entrever sus sospechas sobre la legalidad del consejo, porque “me llamó la atención que por primera vez no se ha hecho del conocimiento el quórum y quiénes fueron los asistentes… A nuestro juicio no está acreditada la presencia de los 120-121 consejeros necesarios”.

Además, planteó, para nosotros existe un “conflicto de intereses enorme” en esto, porque tanto el presidente de la mesa directiva, Camilo Valenzuela, como la mayoría de los consejeros son candidatos, y “no se puede ser juez y parte ni tomar decisiones en el proceso”.

–¿Temen un albazo de Nueva Izquierda y de sus aliados?

–No hay ninguna facultad para que ellos pudieran intervenir en el proceso. Si lo intentaran hacer no tendría ninguna validez. Es mejor actuar con responsabilidad y ojalá el consejo, que es la máxima autoridad e instancia en el partido, no vaya a cometer una acción irresponsable.

Previamente, Ortega Martínez aclaró a este diario que de suspenderse hoy el receso los consejeros asistentes no tomarán ninguna resolución contraria al estatuto, “pero queremos que esté presente el máximo órgano del partido ante cualquier eventualidad, pero no para una arbitrariedad, una imposición de parte nuestra”. No será este consejo, como se especula, el que diga quién ganó, como tampoco hará conteos ni ordenará nada al CTE porque “no tiene facultades en esos términos”.

Ayer se hizo pública la carta de renuncia que Graciela Sánchez Mota entregó a Camilo Valenzuela, en la cual la ex comisionada electoral afirmó que dimitió porque consideró agotadas las posibilidades de su participación en medio de una cada vez mayor politización del proceso de renovación interna, “lo cual ha dificultado en gran medida la solución de los problemas”.

En la madrugada, la Comision Nacional de Garantías dio 48 horas al Comité Técnico Electoral para que concluya el conteo de casillas que no han sido impugnadas, con lo que se pretende destrabar, ahora sí, el conteo oficial de los comicios del 16 de marzo.

 
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