Usted está aquí: lunes 24 de marzo de 2008 Política El gobierno apuesta al debilitamiento de la organizaciones agrarias y sindicales

■ Este martes los dirigentes definirán las acciones a seguir para que se retome el diálogo

El gobierno apuesta al debilitamiento de la organizaciones agrarias y sindicales

Matilde Pérez U.

El gobierno mantiene congelado el diálogo con organizaciones agrarias, sindicales y sociales, como “una estrategia para debilitar al movimiento”, consideraron dirigentes campesinos.

Este martes se reunirán para definir sus acciones inmediatas, entre ellas la del 10 de abril y del primero de mayo, así como para afinar el paro nacional inicialmente consensuado para agosto.

Agrupadas en el Movimiento por la Soberanía Alimentaria y Energética, los Derechos de los Trabajadores y las Libertades Democráticas, las organizaciones iniciaron su demanda de diálogo el pasado 31 de enero, luego de la megamarcha durante la cual ratificaron su exigencia de revisión al capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN); adecuar las reglas de operación de los programas para el campo; defender la soberanía energética, y que se solucionen los casos de arbitrariedad vinculados con la protesta social.

Luego de la intensa discusión a través de los medios de comunicación con el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, Alberto Cárdenas, por la aprobación de las reglas de operación para los programas del campo sin considerar las propuestas presentadas en el Consejo Mexicano para el Desarrollo Rural Sustentable, los dirigentes de organizaciones campesinas –incluyendo a la Confederación Nacional Campesina– desconocieron como interlocutor al funcionario y demandaron al gobierno que nombrara a otro.

Rechazo a convocatoria

El 5 de febrero, las organizaciones acordaron no acudir a la convocatoria emitida por el secretario del Trabajo, Javier Lozano –quien desde el año pasado fue nombrado por el Ejecutivo como el interlocutor con las agrupaciones–, por considerar que no había una respuesta clara y directa a sus demandas.

Entonces asentaron que esa mesa de diálogo en la que estarían los titulares de las secretarías del Trabajo, Economía y Agricultura “no es el espacio idóneo para abordar la agenda de la marcha. Este es un asunto que corresponde al Ejecutivo federal y al Legislativo, y también tendrían que participar los secretarios de Gobernación, Hacienda y Relaciones Exteriores.

Ese espacio, dijeron, “ya está desgastado y los temas no han avanzado”.

Luego, el 6 de marzo, acudieron a la Secretaría de Gobernación con la confianza de que ya se definiría la agenda y los temas de lo que se preveía sería una negociación de varias semanas, incluso meses. Pero entonces se sintieron nuevamente engañados luego de que el titular de Gobernación abandonó la sesión sin llegar a ningún acuerdo.

Ese día, los titulares del Trabajo, Agricultura y Economía aseguraron que en 48 horas hábiles, a partir de ese día, darían una respuesta a las organizaciones. El ofrecimiento no se cumplió, y el 13 de marzo el secretario Lozano aseguró a los reporteros que la respuesta ya estaba lista e incluso presentó un borrador, “sólo falta el acuerdo con las organizaciones”, dijo. Agregó que las reuniones podrían reanudarse en los tres días hábiles de la semana pasada o bien posteriormente.

Ante ese congelamiento del diálogo, algunos dirigentes campesinos, entre ellos de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas y de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, se han pronunciado por un plan de acción más enérgico para detener los agravios en contra de los campesinos.

En tanto, seis organizaciones integrantes del Congreso Agrario Permanente (CAP) exigieron al coordinador en turno, José Luis González Aguilera, que convoque a la brevedad a renovar la directiva, ya que su periodo concluyó el pasado 5 de marzo.

En el escrito que le enviaron a González Aguilera, los dirigentes campesinos señalaron que al haber concluido su periodo de seis meses en el cargo, en forma urgente convoque a la renovación de la directiva, “ya que carece de un programa de trabajo”.

Los dirigentes de seis organizaciones –el CAP está integrado por 12– destacaron en su escrito que es imprescindible retomar la agenda campesina y rencauzar las demandas del congreso agrario.

Gerardo Sánchez García, ex coordinador del CAP, expuso que González Aguilera, con “su actuar, enturbió el diálogo y la negociación del movimiento, provocó la división, enfrentó a las centrales y boicoteó los resolutivos en favor de los campesinos”.

 
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