Usted está aquí: martes 18 de marzo de 2008 Sociedad y Justicia Al menos 60% de las alcohólicas sufrieron abuso sexual en la niñez

■ Estudios científicos subrayan la relación entre violaciones y la dependencia a tóxicos

Al menos 60% de las alcohólicas sufrieron abuso sexual en la niñez

■ Especialistas reunidos en Yucatán exhortan a involucrar a los adolescentes en la elaboración de estrategias para prevenir la violencia, la discriminación de género y acciones ilícitas

Ángeles Cruz Martínez (Enviada)

Mérida, Yuc. 17 de marzo. Ser víctima de abuso sexual en la infancia es una de las causas que desencadenan violencia y adicciones en la juventud y la edad adulta. En la población general el problema está presente en 7 por ciento de las personas, pero entre mujeres alcohólicas hasta 60 por ciento tienen antecedentes de haber sido víctimas de violación en la infancia.

El tema de la violencia juvenil fue abordado hoy durante la Conferencia Mundial sobre Prevención de Lesiones y Promoción de la Seguridad, por especialistas de diversos países, que subrayaron la necesidad de impulsar acciones que vayan más allá de la persecución de delitos y las sanciones.

Se debe involucrar a los adolescentes en las estrategias de prevención para abatir la violencia que existe entre ellos, la que ejercen sobre las mujeres, así como la participación del sector en actividades ilícitas, como el narcomenudeo.

En la sesión sobre Desafíos en violencia juvenil, Carlos Iván García, de la organización colombiana Salven a los niños, señaló que entre otras medidas habrá que derribar algunas creencias, como que la violencia juvenil se origina en la pérdida de valores.

Refirió los resultados de una investigación en la cual se observó que entre los adolescentes existen valores como la solidaridad, la lealtad y el respeto al otro. Con ellos rigen su conducta.

Con relación a la violencia de género, Juan Carlos Ramírez, investigador de la Universidad de Guadalajara, comentó sobre otro trabajo en el que se detectó que entre los jóvenes de 15 a 24 años persisten creencias culturales como que los varones deben tener el control y mantener “abajo” a las mujeres.

Algunos reconocen que la población femenina debe tener un trato de igualdad, “pero, si se quieren sobrepasar, les dan su cálmate, cabrona. Esto significa, apuntó, que todavía se tiene que trabajar en el cambio de cultura de la sociedad, pues por desgracia persisten las conductas machistas.

Al respecto, Luciana Ramos, investigadora en la dirección de investigaciones epidemiológicas y sicosociales del Instituto Nacional de Siquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, resaltó que del tema de la violencia juvenil no se habla abiertamente y mucho menos se tratan los factores que la ocasionan, como son los antecedentes de haber sido víctimas de violencia en la infancia, además de otras causas como el sistema económico, que no favorece a todos los sectores de la sociedad; la falta de acceso a la educación y a un empleo, entre otros.

Señaló que haber sido víctimas de violencia es un claro factor del riesgo de ser violentos en edades posteriores. Respecto a las bandas, pandillas y grupos que conforman los jóvenes, comentó que existe una idea muy estereotipada del fenómeno, lo que contribuye a la exclusión de dichos grupos y a su estigmatización, lo que también tiene efecto en el ocultamiento de la violencia real que existe entre ellos.

En el caso de las drogas, lo común entre las autoridades es hablar de pruebas antidopaje en las escuelas, y no se ve que los jóvenes adictos provienen de contextos altamente violentos, mientras que en el asunto de la inseguridad pública sólo se habla de sancionar y se omiten las estrategias de prevención.

 
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