Usted está aquí: jueves 6 de marzo de 2008 Cultura Muestran periplo cronológico e irrepetible de los Picassos de París en el Reina Sofía

■ El Estado español pagó 3.5 millones de euros por el préstamo de tan importante acervo

Muestran periplo cronológico e irrepetible de los Picassos de París en el Reina Sofía

■ La exposición incluye 430 obras del artista malagueño, entre pintura, escultura, cerámica, dibujos, grabados, cuadernos de apuntes y fotografías

■ A esa colección se suma el célebre Guernica

Merry MacMasters (Enviada)

Ampliar la imagen "Mis telas, acabadas o no, son como las páginas de mi diario, y como tales, son válidas. El futuro escogerá las que prefiera. No me corresponde a mí hacer la selección", manifestaba Pablo Picasso “Mis telas, acabadas o no, son como las páginas de mi diario, y como tales, son válidas. El futuro escogerá las que prefiera. No me corresponde a mí hacer la selección”, manifestaba Pablo Picasso

Madrid. Después de varios años de diálogo, el Estado español, por conducto del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, accedió a pagar 3.5 millones de euros por el préstamo de 430 obras pertenecientes al Museo Nacional Picasso París.

La suma recibida será utilizada para la renovación del recinto parisino, cuya ampliación llevará al cierre parcial del edificio que lo alberga, el hotel Salé, palacio construido en el siglo XVII.

Éste es un acontecimiento cultural de gran relevancia, difícil de repetir, dada la calidad y cantidad de las obras que salen de su sede habitual, ya que proceden de la colección personal del artista y nunca quiso desprenderse de ellas, los denominados “Picassos” de Pablo Picasso (1881-1973).

Se trata de pinturas, esculturas, cerámicas, dibujos, grabados, cuadernos de apuntes y una selección de 20 fotografías documentales del archivo del pintor malagueño.

Al total de obra prestada se suman 20 piezas del Museo Reina Sofía, entre ellas Guernica, el enorme lienzo que representa el bombardeo contra el pueblo vasco de Gernika por los aviones alemanes en 1937, durante la Guerra Civil Española (1936-1939).

Los meandros del pintor

“Pinto como otros escriben su autobiografía –dijo Picasso hacia 1946–. Mis telas, acabadas o no, son como las páginas de mi diario y, como tales, son válidas. El futuro escogerá las que prefiera. No me corresponde a mí hacer la selección.”

Titulada La colección del Museo Nacional Picasso París, la exposición de carácter cronológico ocupa hasta el 5 de mayo cuatro salas del museo madrileño.

En la primera, se exponen las obras realizadas por el artista en el periodo comprendido entre 1895 y 1924, que muestran la génesis de la obra picassiana mediante lienzos de gran relieve, como La muerte de Casagemas (1901), indicio de su fascinación por el expresionismo, o su Autorretrato (1901) y La Celestina (1904), piezas emblemáticas del periodo azul.

Se exhiben los estudios para Las señoritas de Aviñón (1907), óleo que marcó el comienzo de la época negra de Picasso; es una referencia clave para hablar de cubismo y pertenece al Museo de Arte Moderno, de Nueva York.

El conjunto de las obras exhibidas en la segunda sala, que abarcan de 1924 a 1935, permite seguir los meandros del periodo surrealista en la producción del artista malagueño, aspecto en el sobresale la colección del Museo Nacional Picasso.

En un ala dedicada a la colección permanente del museo, donde se muestra Guernica, se exponen obras realizadas entre 1933 y 1951.

Se trata de piezas relacionadas con el compromiso del artista en la lucha que a finales de los años 30 del siglo pasado asoló España: los retratos de Dora Maar, La mujer que llora y La suplicante, pertenecientes a la constelación Guernica o Gato atrapando un pájaro (1939).

Al periodo de guerra se suman las grandes esculturas alegóricas Cabeza de toro (1942) o El hombre del cordero (1943), denuncia de la nueva matanza consecuencia de la Segunda Guerra Mundial.

Resulta impactante el apartado destinado a las reproducciones de material fotográfico relacionado con el bombardeo contra Gernika que, es de imaginarse, Picasso tomó de los periódicos de la época y que tal vez le sirvió para la realización del cuadro. Abundan las escenas de edificios destruidos, calles desoladas y cuerpos mutilados.

Vertiente ceramista

La última sala recoge obras hechas por el artista de 1947 a 1972. En primer lugar está la secuencia de las pinturas de los años 50 que, en palabras de la curadora Anne Baldassari, ofrece “una versión totalmente picassiana de la pop culture”.

Asimismo, se muestra el bestiario inventado en 1950-1951 a partir de desechos y objetos domésticos en yeso.

La vertiente de ceramista se ilustra también mediante casi una decena de piezas únicas, realizadas entre 1947 y 1957.

El taller de La Californie, pintado en memoria de Henri Matisse, en 1956, y la serie de los Déjeuners sur l’herbe según Manet, constituyen un testimonio del trabajo de relectura de la historia de la pintura que emprende Picasso en aquel momento.

El Museo Nacional Picasso París fue creado en 1985 para presentar el conjunto de obras procedente de la dación –o pago de derechos sucesorios por medio de obras de arte– que hicieron los herederos del creador malagueño al Estado francés, en 1979.

Sus descendientes otorgaron al Estado un derecho de “primera edición” entre las 70 mil obras conservadas en los diferentes talleres del artista.

Pasaron así a formar parte del Estado francés, en un primer momento, cerca de 3 mil 500 obras de Picasso.

A ellas se añadió la colección personal del pintor cedida al Estado a partir de 1973, que está constituida por un conjunto de piezas de arte ibérico, africano y oceánico, así como un centenar de obras de artistas antiguos y modernos.

En paralelo, los herederos de Picasso cedieron también al museo unas 200 mil documentos y fotografías de los archivos privados del artista para facilitar el estudio de su obra.

Por último, la dación de 1990, realizada tras la muerte de la última esposa del artista, Jacqueline Roque, otorgó al museo parisino casi un centenar de nuevas obras que enriquecieron y completaron así las colecciones iniciales con la representación de la obra picassiana de los años 60.

Otras selecciones de los fondos del Museo Nacional Picasso París viajarán con posterioridad a Emiratos Árabes Unidos, Japón, Canadá, Estados Unidos, Finlandia, Rusia y Australia.

 
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