Usted está aquí: lunes 10 de diciembre de 2007 Política En el PRD penetra peligrosamente una visión de utilitarismo: Nueva Izquierda

“Se equivocan quienes creen que el sol azteca sólo debe luchar por los pobres”

En el PRD penetra peligrosamente una visión de utilitarismo: Nueva Izquierda

Lamenta que se vea al partido como forma “para resolver objetivos particulares”

Advierte que “vamos a luchar y a ponernos de pie” para ganar la dirigencia nacional

Alma E. Muñoz

Los principales liderazgos de la corriente perredista Nueva Izquierda (NI) cuestionaron el “fuego amigo” que reciben desde el interior de su partido, el de la Revolución Democrática (PRD).

Jesús Ortega consideró que al instituto político “penetra peligrosamente una visión de pragmatismo y de utilitarismo”, y lamentó que se vea al partido como una forma para resolver propósitos individuales u objetivos particulares. “Cortémosle la cabeza a esa perversidad”, urgió.

En tanto, durante una reunión de cuadros de NI, el senador Carlos Navarrete manifestó que se equivocan quienes creen que el PRD debe luchar únicamente por los pobres y los desposeídos.

“Para gobernar un país de 100 millones de mexicanos, para darle confianza a otros sectores, este PRD necesita hablarle también a las clases medias, a los profesionistas, convencer a los jóvenes, llamar a sectores de la población a que los podamos representar bien y hacer gobiernos exitosos, modernos, como el que está haciendo Marcelo Ebrard en la capital de la República”, destacó.

Sostuvo que Nueva Izquierda lucha por la unidad, “así recibamos incomprensiones, ataques bajos, caricaturas de mofa, artículos denigrantes”.

Resaltó que su corriente nunca va a reconocer a Calderón como presidente de México, y no haremos como otros que, remarcó, “escucharon el canto de las sirenas del voto útil en 2000 y corrieron tras los cargos y los puestos diplomáticos”.

Y cuando agonizaba el sexenio de Vicente Fox, agregó, “otra vez con la lealtad disponible se regresaron rápido a donde pensaban habría cargos y secretarías por repartir al ganar (Andrés Manuel) López Obrador la Presidencia” de la República.

Navarrete rechazó que el cambio de la oposición al gobierno haya modificado la forma de vida de algunos perredistas: “ni en nuestro patrimonio personal, ni hemos sido seducidos por el poder”. Aquí, insistió, “nadie viene a enriquecerse en los cargos”.

Al hacer un breve recuento sobre la historia de la izquierda, destacó que en NI han acompañado a Valentín Campa, a Arnoldo Martínez Verdugo, a Heberto Castillo, a Cuauhtémoc Cardenas y a Andrés Manuel López Obrador en sus campañas por la Presidencia de la República, y “ante ataques de nuestros adversarios, ante amnesias de recientes aliados, ante fuego amigo incluso dentro de las filas” del perredismo, defendió su derecho y obligación de poner en pie al partido y convertirlo en fuerza gobernante.

Destacó que se equivocan quienes piensan que la izquierda moderna está reñida con los principios o la lucha que dieron origen al sol azteca, lo mismo cuando dicen que “un partido no puede representar a diversos sectores de la población, que nosotros tenemos que quedarnos sólo con los pobres y los desposeídos”.

Así que, subrayó, “contra la derecha gobernante, contra los inconsecuentes de la izquierda, contra los oportunistas de última hora que se creen con derecho a decirnos lo que tenemos que hacer”, el PRD está al servicio de México.

Por su parte, Jesús Ortega avizoró que la elección del 16 de marzo será fundamental para la historia de la izquierda mexicana, y pidió estar alertas para que al partido no “penetre como humedad la visión más conservadora del pensamiento de derecha, que hace a un lado y margina la acción social y la acción colectiva”, así como “el culto a la personalidad”.

Consideró que en México es indispensable un partido que ayude a la transformación del país, y no un “registro legal que se utilice en función de objetivos coyunturales o personales”, e insistió que una estructura de organización y de fuerza “no se puede sustituir por la voluntad individual”, como tampoco que un “individuo, por más liderazgo que tenga”, se adjudique el mérito de las transformaciones sociales y económicas”, cuando éstas son resultado de la acción colectiva de masas.

Defendió que en el Congreso de la Unión el PRD ha impulsado una lucha unitaria y congruente por reformas profundas, y cuestionó que se le resten méritos al partido con “críticas depredadoras”, y que algunas las emitan militantes que quieren ser presidentes nacionales del sol azteca cuando no simpatizan con éste.

El precandidato perredista advirtió que en el instituto se están alejando de los principios éticos y “peligrosamente penetra una visión de pragmatismo y de utilitarismo. Cortémosle la cabeza a esa perversidad que se está colando al interior y refundemos al PRD en los principios éticos que nos dieron origen”, sugirió.

Ortega se despidió diciendo que en su corriente hay gente con principios, con convicciones, de una sola pieza, y anunció que ya no permitirán más calumnias, ataques, mentiras e infundios. “Van a tener respuesta (quienes las hagan) y vamos a luchar y a ponernos de pie para ganar la presidencia del partido”, porque manifestó que no pretende renunciar a su candidatura. Se comprometió a impedir la privatización de los energéticos, así como luchar por la transformación del país.

 
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