Debido a su estado de salud el escritor no pudo departir con familiares y amigos
Encuentro íntimo para celebrar el cumpleaños 101 de Andrés Henestrosa
Jacobo Zabludovsky y Alí Chumacero, entre los afortunados en saludar al maestro
Alguna vez el autor oaxaqueño manifestó deberse “a la bondad del público”
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El periodista Jacobo Zabludovsky y el poeta Alí Chumacero, ayer, en la casa de Andrés Henestrosa, durante el festejo por el cumpleaños 101 del escritor oaxaqueño y autor del libro clásico Los hombres que dispersó la danza
Foto: Carlos Ramos Mamahua
El escritor oaxaqueño Andrés Henestrosa, considerado una de las joyas vivas de la literatura mexicana, cumplió 101 años en un encuentro muy íntimo que se realizó en su casa, ubicada en la calle que lleva su nombre, en la ciudad de México.
Debido a que el autor está delicado de salud, no estuvo presente en la fiesta que organizó su familia, y a la que asistieron el periodista Jacobo Zabludovsky, el poeta Alí Chumacero, los artistas Arturo García Bustosn Rina Lazo y Susana Harp.
Cibeles Henestrosa, hija del autor, explicó que su padre cumplió 101 años, pero “desgraciadamente eso tiene como consecuencia que la salud no sea la misma, que no tenga la fuerza de siempre; sin embargo, sabe que están todos ustedes aquí y está muy contento”.
Los amigos más cercanos del autor de Los hombres que dispersó la danza, como Zabludovsky y Chumacero, tuvieron la oportunidad de felicitar personalmente a Henestrosa.
En un ambiente familiar se realizó una comida en honor del narrador, poeta, ensayista e historiador, nacido en San Francisco Ixhuatán, en el istmo de Tehuantepec, el 30 de noviembre de 1906.
Entre tequila y vino tinto
Durante la celebración, Cibeles Henestrosa agradeció la presencia de los invitados y cantó algunas canciones, como Mucho corazón, de Emma Elena Valdelamar, la cual por cierto, comentó, le gusta a su padre.
En un ambiente mexicano, con letreros de colores que decían: Andrés Henestrosa más de cien años y nunca de soledad, y algunas mujeres con trajes típicos de Oaxaca, se llevó a cabo una emotiva celebración por los 101 años del escritor que llegó a la ciudad de México el 28 de diciembre de 1922, en busca de José Vasconcelos, entonces secretario de Educación Pública, para solicitarle una beca.
El escultor José Sacal, quien obsequió a Henestrosa una escultura con su rostro y una máquina de escribir, señaló: “Esto lo hice con todo mi cariño, pensando en el maestro. A lo mejor no se parece mucho, pero es el maestro y como tenía una maquinita de hace muchos años quedó perfecta”.
Entre tequila y vino tinto, amigos y familiares de Henestrosa celebraron el cumpleaños del escritor, quien alguna vez manifestó que él se debe “a la bondad del público, a su amor de paisanos, a que uno, que como Juárez venía de la nada, logró cumbres que otros, mejor capacitados o con mejores circunstancias favorables, no lograron”.
Andrés Henestrosa es reconocido como uno de los más grandes intelectuales de México y, como parte de su carrera política, en 1982 fue electo senador por el estado de Oaxaca.
Dentro de su vasta obra destacan los relatos Caminos del corazón, Retrato de mi madre, Los cuatro abuelos (Carta a Griselda Álvarez), Sobre mí (Carta a Alejandro Finisterre), así como Una confidencia a media voz (Carta a Estela Shapiro) y Carta a Cibeles.
Henestrosa recibió la medalla Belisario Domínguez que otorga el Senado; la Medalla al Mérito Cívico Eduardo Neri, Legisladores de 1913, que concede la Cámara de Diputados; la Medalla de Oro del Instituto Nacional de Bellas Artes (2002) y el Premio Nacional de Lingüística y Literatura (1994).