Usted está aquí: lunes 29 de octubre de 2007 Política El Atenco yucateco

El Atenco yucateco

Blanche Pertrich

Como réplica del conflicto de San Salvador Atenco, donde los pobladores se opusieron a la expropiación de sus tierras para la construcción de un aeropuerto internacional, en Yucatán hubo una incipiente organización indígena para evitar la abusiva compra, a muy bajo precio, de tierras ejidales para la construcción de desarrollos urbanos como Ciudad Caucel, Metropolisur, en Oxcum, municipio de Uman, y el Country Club, que ocupa tierras comunales de Chablekal, Dzibilchaltún y Xcanatún. Terrenos que fueron arrebatados a sus dueños originales a 14 pesos el metro cuadrado y que ahora valen cerca de 2 mil pesos, según los desarrolladores. Fue la obra con la que el panista Patricio Patrón quiso culminar su gestión.

El despojo no ocurrió sin resistencia, según consta en el documento “La hacienda restaurada”, del grupo Indignación. En Caucel, la población organizó un plantón en junio de 2006. Eran 100 manifestantes. La policía arrestó a 38 y los acusó de “daños”. En Oxcum fueron detenidos cuatro ejidatarios mayas. Dos siguen presos: Idelfonso Dzul y Gonzalo García.

Pero fue el 13 de marzo de este año cuando los yucatecos conocieron el mayor episodio represivo, en el contexto de la recepción que Felipe Calderón quiso dar a George W. Bush en tierras mayas. Ese día un centenar de jóvenes organizaron en Mérida una manifestación de protesta por la visita del presidente estadunidense. Al concluir el acto, cerca de 500 policías los embistieron. Hubo 48 detenidos. El grupo Indignación y los familiares documentaron decenas de casos de tortura, incomunicación por cerca de 48 horas y retención ilegal. Siete menores fueron remitidos al Consejo Tutelar, 35 consignados y a 19 –sólo a los que declararon haber protestado contra Bush– les dictaron formal prisión. Algunos permanecieron hasta cuatro meses en la cárcel. Todos salieron libres pagando altas fianzas.

En un proceso en el que la forma de vestir y usar el cabello fue un agravante para los “jovenzuelos”, la juez Rubí González basó su criterio para sentenciar o no a los detenidos en interrogatorios como éste:“¿Te consta que Bush es homicida? ¿Sabes lo que es genocidio? ¿Por qué estás en contra de un presidente que da trabajo a los mexicanos en su país?”

 
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