Usted está aquí: lunes 24 de septiembre de 2007 Política Con un boletín, tratan de atenuar ataque a bases zapatistas en Bolom Ajaw

El CAPISE desmiente la información oficial mediante reproducción de testimonios

Con un boletín, tratan de atenuar ataque a bases zapatistas en Bolom Ajaw

Se intenta tender cortina de humo para justificar la represión, señala el centro de análisis

Hermann Bellinghausen (Enviado)

Ampliar la imagen Niñas del municipio autónomo de Polhó, Chiapas, en imagen de archivo Niñas del municipio autónomo de Polhó, Chiapas, en imagen de archivo Foto: María Meléndrez Parada

San Cristóbal de las Casas, Chis., 23 de septiembre. Como en un flash back de cuando gobernaba el interino Roberto Albores Guillén, quien de plano no se medía para inventar informaciones, la Subsecretaría de Gobierno en Palenque armó una versión de la agresión sufrida por bases de apoyo zapatistas de la comunidad Bolom Ajaw por pobladores del ejido Agua Azul que nada tiene que ver con lo que sucedió el pasado martes 11. ¿Boletín mata realidad?

Diversos medios locales reprodujeron esa versión el 13 de septiembre; en un caso, ilustrada con fotografías de milicianos zapatistas de diciembre de 1994 en otra parte del estado, como si correspondieran a los hechos del día 11. Los pies de foto así lo aseguraban.

Tras visitar el lugar, entrevistar a testigos presenciales y a la junta de buen gobierno (JBG) de Morelia, el Centro de Análisis Político e Investigaciones Sociales y Económicas (CAPISE) desmintió la información oficial, oponiéndola a los testimonios y señalando falsedades evidentes (como ubicar los hechos en la comunidad San Jerónimo, que es lejana y cuyos pobladores no tuvieron nada que ver ni estuvieron presentes).

El CAPISE subraya que “existe un altísimo riesgo de un desalojo contra las bases de apoyo zapatistas de Bolom Ajaw”, para lo cual las versiones oficiales tendrían el papel doble de tender una cortina de humo y “justificar” acciones represivas. “El Estado encuentra enemigos prácticamente en todo el territorio nacional, pero existe un grupo al que le ha declarado e implementado una guerra sin cuartel desde 1994, agudizada ferozmente en los pocos meses de gobierno de Felipe Calderón Hinojosa: el EZLN, las JBG, las autoridades de los municipios autónomos, los pueblos zapatistas y todo su movimiento”, considera el reporte.

Afirmaciones oficiales

La versión oficial sostenía que hubo un “enfrentamiento” entre ejidatarios de Agua Azul (a quienes no identificó como miembros de la Organización para la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos, Opddic, pero lo son) y “milicianos” zapatistas “con armas de alto poder”. Si lo que dijo el subsecretario de Gobierno Manuel Miranda Rodas fuera cierto, se trataría de la primera acción armada de los zapatistas en más de una década, y no fue el caso.

Además, confunde a la JBG con “comandantes”, y no capta que la junta que acude al lugar es de Morelia, y no de La Garrucha. ¿Lo mismo da? Omite que los miembros de la Organización para la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos (Opddic), señalados como paramilitares, agredieron e hirieron gravemente a tres indígenas pacíficos y desarmados, a razón de 50 contra tres: su “pelea generalizada” fue un intento de linchamiento.

La versión hablaba de un “clima de potencial confrontación, que hubo de ser atendido inmediatamente por la Secretaría de Gobierno”. Entre los motivos que esgrimió para el “enfrentamiento” estarían presuntas diferencias por una pluma de peaje para los turistas que acuden a las cascadas de Agua Azul; esta pluma nunca fue de zapatistas. Instalada hace tiempo por un grupo perredista del vecino municipio oficial de Chilón, la operó luego la propia Opddic, cuyas bases están en el municipio de Tumbalá.

El CAPISE asienta que los pobladores de Bolom Ajaw, definidos por la información oficial como “invasores” de una reserva forestal, de hecho viven en ella, la “trabajan, cuidan y conservan”. Además, los mismos agresores del ejido Agua Azul han destruido cultivos y áreas boscosas, y han ocupado parcelas de Bolom Ajaw. El gobierno considera “provocación del EZLN” lo que fue una reacción defensiva de sus bases de apoyo.

El escenario que figura la versión gubernamental es considerado “falso” por el CAPISE y la JBG de Morelia. Los funcionarios que arribaron al lugar la noche del día 11 no fueron recibidos por “35 milicianos”, y mucho menos los campesinos zapatistas portaban “armas de alto poder”. No hubo ninguna firma de acuerdo. Simplemente, los detenidos (y heridos) fueron liberados por exigencia de la JBG.

Bolom Ajaw se encuentra dentro de lo que actualmente se conoce como Área de Protección de Flora y Fauna Cascada de Agua Azul, y la problemática real “es por tierra, proyectos ecoturísticos y control del territorio”. Bolom Ajaw es tierra recuperada y comprende 339 hectáreas, donde habitan 41 familias zapatistas.

 
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